La Pamplona actual: La antigua Travesia del Ave Maria, hoy en día (2013)


Dentro de una semana, hará un año que paseaba por última vez, por esta zona, con mi padre, (hace cinco meses que murió), una zona, un escenario que ha sido y es todavía el escenario de mi propia vida. Al poco de iniciar el blog, este cuaderno de apuntes y recuerdos personales que es este blog, incluí entre las primeras entradas  una que se refería a la Travesía del Ave María, eso sí, la Travesía de 1996, en la que aun existía (faltaban, apenas unas semanas para que desapareciera) aquella vieja callejuela estrecha, con viejos edificios del primer tercio del siglo XX. La entrada se llamaba «La Travesía Ave María hasta los derribos de fines de los 90». Aun quedaban en pie también los números 14 y 15, y el espacio que llamábamos la huerta del Platero, uno de los dos chalets, -el de estanco hacía no demasiado tiempo que se había derribado-. De aquellos derribos quedaron, después de 1996,  tan solo en pie los números 7,8,9,10 y 13 (que luego pasaría a ser 11, al prolongarse la Travesia hasta Bernardino Tirapu), la mayoría construidos a finales de los años 50, probablemente entre 1958 y 1959. 

En tres de los cinco portales (el 7, el 9 y el 10) hace muchos años que se instalaron ascensores y otras mejoras y se han ido sucediendo las obras de rehabilitación de sus fachadas. Ha pasado el tiempo, ya más de medio siglo, y la gente más mayor, esa gente que vivió y crió a sus hijos en este lugar, como fue el caso de mis padres, van poco a poco falleciendo, desapareciendo de este mundo. Es, tristemente,  la ley de la vida. En unos tiempos de intensa movilidad laboral y residencial a mí me resulta entrañable ver y conocer  a esos viejitos que en algunas zonas de la ciudad, especialmente en el Casco Antiguo, la Rochapea o los Ensanches han nacido, vivido y muerto en el mismo lugar, en su calle, en su casa, formando  casi parte del paisaje, que conocían a todo el mundo, convirtiéndose en privilegiados testigos de los cambios urbanísticos y sociales de su ciudad y de su historia. Ellos han hecho la intrahistoria de esta ciudad, esa historia hecha de pequeñas, anónimas pero valiosas historias personales, con tantos vivencias, recuerdos y anécdotas que habría como para escribir un libro, pero la mayoría de las cuales se perderán, si nadie las recoge, en la nada de la inexistencia.

En el reportaje fotográfico adjunto sobre la Travesía e inmediaciones, vemos por orden de aparición, en primer lugar y abriendo la entrada, a la izquierda, una toma de la antigua Travesía, desde la nueva prolongación de la nueva Joaquín Beunza, prolongación inexistente antes de 1996, asi como otras instantáneas de la Travesía tomadas desde la zona de las antiguas escuelas del Ave María (hoy Patxi Larrainzar), desde la zona más cercana a la avenida, junto a la cafetería Artea,  y del nº 8 de la calle, un edificio mucho más antiguo que el resto de la calle y que se salvó de la piqueta en los años 90, para finalizar con imagenes del entorno más próximo a la calle y que forman parte de este microuniverso de mi vida: la torre de la iglesia del Salvador tomada desde el parque Patxi Larrainzar, en la zona más cercana a la avenida, el pórtico de entrada a la iglesia, una foto de la prolongación de Joaquín Beunza hasta la calle Juan de Ursua, con los frontones del Polideportivo de Karriquiri a la derecha de la imagen, una foto del actual cruce de Cuatrovientos y una imagen tomada desde el boulevard cercano a la Travesía creado tras los cambios urbanísticos de los años 90.

2 opiniones en “La Pamplona actual: La antigua Travesia del Ave Maria, hoy en día (2013)”

  1. Gracias. Me alegro que te guste y espero sigas visitando el blog. Intento no caer en la nostalgia pero como dices los recuerdos personales tienen siempre un poso de nostalgia por esos tiempos vividos que no volverán, por esa infancia cuyos recuerdos seguramente está dulcificados por la memoria. La realidad siempre es mucha más dura y prosaica que lo que recordamos luego de ella.

  2. Un gran blog, magníficamente ilustrado y con textos muy informativos, inevitablemente bañados de nostalgia. Enhorabuena, Charli

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