Pamplona, año a año. Introducción. La Pamplona de la postguerra (1946-1962)
Si alguien creía que me iba a olvidar de lo que había ido acaeciendo en Pamplona, año tras año, antes de 1979 está equivocado. Voy a continuar reconstruyendo la pequeña historia de la ciudad en próximas entradas, repasando la historia menuda de nuestra vieja Iruña, en esos años olvidados en el tiempo, un largo período que coincide con mi infancia y adolescencia y que va desde mi nacimiento en 1963 al año 1978. Esta primera entrada tiene un mero carácter introductorio, no exhaustivo, y repasa algunos hitos y/o hechos acaecidos en la ciudad antes de esa fecha, en el período 1940-1962. Siete años después de terminada la guerra civil, Pamplona era una pequeña ciudad de provincias con poco más de 60.000 habitantes, apenas desarrollada industrialmente. Las pocas empresas que había, -pequeños talleres en su inmensa mayoría-, tenían un carácter familiar y su producción era básicamente artesanal. La ciudad estaba marcada por la huella de una renacida religiosidad que se hacía especialmente presente en la calle. Las iglesias se llenaban de fieles los domingos. Todas las manifestaciones de masas estaban impregnadas por ese carácter religioso.
Era frecuente la celebración en la calle de misas de campaña, procesiones, homenajes y otros actos religiosos. Cabría recordar, en este sentido, la celebración en 1946 de un gran congreso eucarístico, en cuyo acto central, celebrado en la plaza Príncipe de Viana, recibieron la primera comunión cerca de 16.000 niños, acto que recoge la fotografía adjunta de Julio Cia. También ese año, y apadrinada por la Diputación Foral, con el viejo rito con el que se coronaban, en la catedral, a nuestros Reyes se produjo la coronación de Nuestra Señora, Santa María La Real, como reina de Navarra, esta vez en la plaza del Castillo. La ciudad estaba marcada también de forma evidente por la huella de la reciente guerra civil. Desfiles cívico militares como los del Frente de Juventudes o puramente militares como los del día de la Victoria llenaban de personas las calles de Pamplona, mientras en los diarios se informaba periódicamente de los congresos de la Sección Femenina, (en 1954 hubo uno presidido por Pilar Primo de Rivera) o de reuniones locales de otras secciones del Régimen. Dos años más tarde, en 1948, se construía el Monumento a los Caidos, cuya fotografía encabeza esta entrada. En 1946 se derribaba una segunda casa en la plaza del Ayuntamiento, junto a la Casa Seminario (en 1941 se había tirado la que cerraba la salida hacia San Saturnino), y se habían levantado las vías del Irati a su paso por la ciudad, concretamente del paseo Sarasate.
Los pamploneses se divertían estos años yendo al cine, no había más de media docena de salas en esta época (a finales de los 40 estaban el Gayarre, Olimpia, Príncipe, Avenida, Novedades, y Alcazar), o bien acudiendo al viejo campo de fútbol de San Juan para ver un Osasuna, todavía en 2ª División. También era habitual chiquitear, eso si, con moderación, por las calles de lo Viejo y, entre los jóvenes de ambos sexos, dar largos paseos arriba y abajo de la avenida de Carlos III y por la plaza del Castillo. En las casas, -aun no había aparecido la televisión-, se escuchaban los programas de Radio Requeté, la única emisora local que había en ese momento (hasta que aparecieron en 1957 y 1959, La Voz de Navarra y Radio Popular). Las barracas estaban situadas entre 1951 y 1964 al principio de la avenida de Bayona, en el espacio que hay entre esta avenida, Antoniutti y la cuesta de la Reina. Si bien habían nacido en 1908 con el apoyo o impulso de Mariana Sanz, es en los años 50 cuando las cantinas escolares tienen una de sus épocas de mayor esplendor. En unos años, los de la postguerra en que escaseaba casi de todo era muy importante la alimentación de los niños, de ahí que se extendiese en casi todos los colegios el servicio de las cantinas escolares. En estos años no era raro ver una figura que desaparecería años más tarde, la de los serenos, aunque no hay demasiada literatura ni documentación sobre ellos.
En 1946 era alcalde de Pamplona, José Iruretagoyena. En 1948 se inauguraban el nuevo Mercado del Ensanche y los nuevos baños públicos de la calle Tafalla. La Estación del Plazaola se trasladaba desde la carretera Zaragoza a la nueva estación de Conde Oliveto, construida en 1945. En 1949, el 26 de enero, se cambiaba el nombre de la plaza del Vínculo por el de la Plaza de la Argentina, denominación que perviviría hasta el 28 de mayo de 1974. Asistió al descubrimiento de la nueva placa de la plaza, el día 13 de mayo, el cónsul de la República Argentina, momento que recoge la fotografía de la izquierda, de Galle. Comenzó la construcción de unos nuevos pabellones en la zona militar. En 1950 se suprimió el feo puente metálico del Portal Nuevo en la Cuesta de la Estación y se construyó el actual de piedra, obra de Victor Eusa y ejecutado por los contratistas Hermanos Salanueva, obras que vemos en la foto de la derecha. El 8 de octubre se erigió el monumento a San Ignacio de Loyola, en la avenida del mismo nombre. Este año se realizó, además, la primera ordenación del transporte colectivo urbano de Pamplona. También este año se puso la primera piedra del nuevo barrio de la Chantrea, concretamente el 19 de marzo de 1950. Se proyectaba construir, en esta primera fase, más de 300 viviendas. Este año se estaba acabando la construcción del 2º Ensanche, iniciada 30 años atrás. También el Irati se había trasladado a la nueva estación de Conde Oliveto cambiando, además, su recorrido desde Villava, por la vía del Plazaola, hasta El Empalme. Comenzaron las obras de construcción del Frontón Labrit. Pamplona contaba este año con 71.000 habitantes.
En Mayo de 1951 tomaba posesión como Alcalde, Miguel Gortari, que permanecerá en su puesto hasta abril de 1952. En Mayo, también, como hemos visto en otra entrada sobre el movimiento sindical se produjeron las famosas y sorprendentes, por lo insólito, manifestaciones contra el alza de los precios. Protestaron un gran número de mujeres en la plaza del Mercado del Ensanche y les apoyaron sus maridos e hijos trabajadores. En Noviembre de 1951, siendo alcalde Gortari, se derribaba el viejo ayuntamiento, dejando sólo en pie la fachada neoclásica, como vemos en la fotografía. La corporación municipal se trasladó temporalmente, hasta septiembre de 1953, al edificio de que ocupaba la Escuela de Artes y Oficios y la Alhondiga Municipal, en la plaza de la Argentina. Lógicamente, en los años 1952 y 1953 el Chupinazo de las fiestas de San Fermín se lanzó desde esta sede provisional, como atestigua la fotografía de la izquierda. En 1952 el Riau Riau enfiló desde la casa consistorial provisional por las calles San Miguel, Eslava y Mayor hasta la iglesia de San Lorenzo. Se incorporaron nuevos elementos ornamentales en la fachada de la Diputación Foral: un escudo, dos figuras de bronce en hornacinas, etc. Se derribaba el famoso olmo de la Taconera, junto a la iglesia de San Lorenzo. El 31 de marzo de 1951 se inauguraba en la Rochapea el cine Amaya (que vemos en esta entrada), con la película «Agustina de Aragon». Será el primero de una larga serie de cines de barrio que abriría la SAIDE durante los años 50 y 60, de los cuales ya no quedará ninguno a mediados de los 80. El 27 de julio, el primer tramo de la carretera de Villava, luego avenida de Villava, pasa a llamarse calle de Marcelo Celayeta, luego convertida en avenida y en uno de los principales ejes de comunicación de la zona norte de la ciudad. El día 7 de agosto se le realizó un sentido homenaje al celebre sacerdote fundador de la iglesia y escuelas del Ave María.
El 17 de octubre de 1952 se inauguraba, con los cursos de Derecho (42 matriculados y 8 profesores), en el edificio de la Cámara de Comptos, el Estudio General de Navarra, germen de la actual Universidad de Navarra. Vendrían luego, a partir de octubre de 1954, los cursos de Medicina y ATS en el Pabellón del Hospital y a partir de octubre de 1955 los de Filosofía y Letras en el Museo de Navarra. En 1958 se iniciarían los estudios de Periodismo y Ciencias. También en 1952 se inauguraba la parroquia San Francisco Javier. En Abril tomó posesión como alcalde, Javier Pueyo que permaneció en el cargo hasta enero de 1958. Se conmemoró el IV centenario de la muerte de San Francisco Javier, recibiendo la ciudad las presuntas reliquias del santo. Se inauguró el Monumento a los Caídos, con la presencia de Franco que, en un denso periplo cívico-religioso, inauguró también la parroquia San Francisco Javier y algunas viviendas protegidas del patronato que llevaba su nombre, en la Chantrea (en la foto de la derecha vemos a Franco, fuera de su vehículo, en la calle Olite). Este año se inauguraba también el Frontón Labrit. Cerraba el Cafe Suizo de la plaza del Castillo (que vemos junto a este párrafo, si bien corresponde a su entrada por Pozoblanco) y en su lugar se inauguraba el Banco de Bilbao, en la antigua Casa de los Toriles.
El año 1953 se iniciaba con el incendio de la fábrica de Caucho existente junto al Puente de Cuatro Vientos. Su propietario lo reconstruyó inmediatamente. En Julio se celebraba la primera feria de muestras de Navarra, en terrenos del Fuerte Príncipe. En septiembre, el concejo de Echavacoiz, antiguo barrio de Cizur Mayor se convertía en un barrio pamplonés. Osasuna volvía a subir, por segunda a vez a la 1ª División para bajar al año siguiente y volver a subir en el año 1956, se inauguraba el bar Noe de la calle Comedias, el 2 de julio se reinauguraba el Teatro Gayarre, tras unas reformas internas y se terminaba el 9 de septiembre la remodelación de la Casa Consistorial. Se retiraron las famosas farolas decimonónicas que había a la entrada. Asistimos, estos años, al declive y desaparición de las viejas líneas férreas del Irati y el Plazaola. Perdíamos, así, aquel romántico tranvía que alegró las calles de Pamplona durante 35 años. En 1954, dejó de funcionar, debido a unas graves inundaciones que destruyeron parte de su recorrido, el Plazaola y un año más tarde, el 31 de diciembre de 1955, hacia lo propio el Irati. Tres años más tarde, en 1958, se autorizaba el levantamiento de las instalaciones ferroviarias de los trenes Plazaola e Irati, desapareciendo, de este modo, sus vestigios a su paso por la ciudad.El 8 de septiembre de 1954 se inauguraba el Monumento a la Inmaculada en el Rincón de la Aduana. Este año el Ayuntamiento aprobaba un programa de promoción y protección a determinadas industrias, concediendo exenciones contributivas y terrenos en condiciones económicas muy ventajosas. Fruto de este programa surgieron multitud de fábricas y talleres ubicados fundamentalmente en los barrios periféricos de la ciudad. La industrialización trajo consigo un importante aluvión inmigratorio, sobre todo de gente procedente del campo navarro, además de otras personas originarias de diversas comunidades españolas que poblaron los barrios de la Chantrea y La Rochapea. Este barrio, tradicional barrio de hortelanos vería crecer a lo largo de su principales ejes nuevos núcleos de viviendas e industrias. Al filo de la década los 60 nacería el barrio de La Milagrosa y unos años más tarde el de San Jorge. Este año nevó tardíamente, en mayo, como lo haría 30 años después, en mayo de 1985, y se inauguraba la parroquia de San Miguel. A finales de este año y comienzos del 1955 se derribaban varias casas situadas entre la plaza consistorial y el Mercado de Santo Domingo, en la llamada Bajada de las Carnicerías (que vemos en la fotografía) para abrir la nueva plaza de los Burgos. También este año deja de funcionar el ferrocarril del Irati.
En 1956 se aprobaba el Plan General de Ordenación Urbana que impulsaría el Tercer Ensanche, y se aprobaron la nuevas ordenanzas para la futura construcción en la ciudad. Ante la falta de suelo urbanizable de que adolecía la ciudad, el Ayuntamiento compró en la zona de San Juan 400.000 m2 con el fin de construir en ellos el mencionado ensanche. El consistorio compraría luego suelo en la zona del Plan Sur y el Sadar y a los militares la Ciudadela y terrenos e instalaciones anejas, pero este asunto de la relación entre la ciudad y los militares se tratará en otra entrada. El plan de industrialización promovido por ayuntamiento y gobierno durante estos años y el desarrollo urbanístico consiguiente protagonizaron la vida de la ciudad durante esta época, cambiando radicalmente su fisonomía. En 1956 se inauguraba el Cine Chantrea, que vemos en la foto. también este año se realizaban reformas en el Paseo de Sarasate que ya detallé en la entrada correspondiente (pavimento, estatuas, mobiliario, etc). Ya en 1956 se hablaba del centro parroquial de la Iglesia del Salvador, ese centro que me trae tantos recuerdos infantiles y del que he hablado en otras entradas. Juan Vila Reyes creaba la fábrica de maquinaria textil MATESA en La Rochapea que trece años más tarde, en 1969, se vería envuelta en el más famoso escandalo económico del régimen franquista.
En 1957 la ciudad estrenaba semáforos, se reformó la plaza del Castillo (se instalaron bancos modernos, se pavimentó la plaza y se crearon nuevas plazas de aparcamiento) y se comenzaba a construir el nuevo parque de Bomberos en la calle Aralar, junto a la Media Luna. La plaza Conde de Rodezno todavía estaba sin terminar y había comenzado la construcción de la llamada Casa Periodistas. Salía, por primera vez el Olentzero a las calles de la ciudad, organizado por la Juventud de San Antonio. En febrero de 1958 Miguel Javier Urmeneta tomaba posesión de una alcaldía que dejaría un profunda huella en la ciudad. Permanecería en el cargo hasta febrero de 1964, seis largos y fructíferos años. En 1959 se homenajeaba a Sarasate en la Taconera, inaugurando un monumento en su honor el 26 de abril. Este monumento se trasladaría posteriormente, en 1963, al parque de la Media Luna, siendo ocupado el espacio de la Taconera por el monumento a otro músico: Hilarión Eslava. Moría este año el padre Carmelo, promotor de la institución Cunas. En octubre de 1960, el día 25, el Estudio General daba paso a la Universidad de Navarra al colocarse la primera piedra del edificio Central del Campus. Este año se excavaba el talud del baluarte de San Bartolome para hacer la Cuesta de la Chantrea y se abría al tráfico el nuevo puente de la Chantrea, cuyas obras empezaron un año antes. También este año se firmaba el tratado de hermandad con Bayona.
En 1961, siendo alcalde Urmeneta, la ciudad alcanzaba los 100.000 habitantes. El agua venía del Manantial de Arteta, pero parecía a todas luces insuficiente dado el crecimiento de la población. Se comentaba que antes de 5 años no habría agua suficiente para las nuevas necesidades. Parecía urgente acometer el pantano del Arga, el pantano de Eugui. El 25 de junio se hundía parte del puente de la Estación que vemos en la fotografía superior izquierda. Las barandillas eran de madera y se asemejaban a unas aspas. Después de 49 años (1912-1961) se cerraba el celebre Café Kutz (que vemos junto al párrafo anterior) para dejar paso al Banco de Vizcaya. Estaba situado en la plaza del Castillo, donde está actualmente el Banco Bilbao Vizcaya, cerca del Pasadizo de la Jacoba. El cine costaba este año 3 pesetas. Por último en 1962 se restauraba la basilica de la Virgen de la O, en la plaza del mismo nombre, se inauguraba la Clínica Universitaria, en octubre del año anterior se había terminado la 1ª fase, se empezaba a construir el Hotel de los Tres Reyes. En ese espacio del Bosquecillo había un palomar y un estanque con patos y cisnes, tal y como vemos en la última de las fotografías.
Fotos: la autoría aparece referenciada en el texto de la entrada. El resto de fotografías no referenciadas proceden de los libros de Jose Joaquín Arazuri, «Pamplona, calles y barrios»