La hostelería en Pamplona en la década de los 40
Fueron los años 40, años de penurias económicas, desabastecimiento y cartillas de racionamiento. En aquellos años casi todo estaba racionaba todo: el pan, el aceite, el tabaco, el azúcar, las legumbres, la carne, la gasolina, el jabón, etc… y artículos como el pescado eran, por su escasez, considerados casi de autentico lujo. En 1941 se podía comprar carne solo cuatro días a la semana y tan solo 100 gramos por persona, a finales de ese año el cupo de carne pasó a ser de 300 gramos por persona. Las tabernas cerraban a las 10 de la noche, los bares, a las 12 y los cafés a la una. Los comercios abrían de 9 a 13.30 y de 15.30 a 19.00 horas. Sólo había en estos años seis cines en la ciudad: El Gayarre que cumplía con su doble función de cine y teatro, el Novedades de San Agustín, el Olimpia y los recién inaugurados Príncipe de Viana (1940), Alcazar (1942) y Avenida (1943). Y para los amantes del deporte estaba el fútbol con Osasuna en el campo de San Juan o los partidos de pelota en el Euskal de San Agustín.
En 1944 era Alcalde de Pamplona, Antonio Archanco Zubiri. La ciudad tenía 69.651 habitantes y avanzaba a marchas forzadas el desarrollo del Segundo Ensanche. En 1945 las construcciones llegaban hasta los Institutos de la plaza de la Cruz y poco más: no se había construido el Colegio de Maristas (el Instituto se había construido un año antes) y las calles Padre Calatayud, Sangüesa y Bergamín, desde la calle Tafalla, culminaban, en su parte alta, en unas parcelas todavía sin construir hasta su confluencia con la futura avenida de Galicia. Al otro lado de Carlos III, a las calles Amaya y Olite, les pasaba lo mismo: desde su confluencia con la calle Gorriti y hasta la calle Aoiz todo ese espacio urbano estaba sin construir. Ni en Castillo de Maya, -entonces Mártires de la Patria-, ni en González Tablas, ni en Iturralde y Suit se había construido todavía nada. El Irati aun seguía pasando por el centro de la ciudad, faltaban dos años para que se desmantelaran sus vías, estaciones urbanas y su servicio de tranvía por el centro y seis años para que ubicará su estación y cocheras en el mismo edificio de Conde Oliveto a donde llegaba su ferrocarril hermano, el Plazaola, desde 1945. Aún faltaba casi una década para que dejara de funcionar el Plazaola y un poquito más el Irati.
En esos años podíamos encontrar en la ciudad un importante número de establecimientos hosteleros (bares, tascas o tabernas, restaurantes, cafes o cafeterías y alojamientos (fondas y hoteles), la mayoría de los cuales se hallaba en el Casco Antiguo de Pamplona. En la plaza del Castillo encontrábamos los siguientes establecimientos hosteleros: además del Iruña, estaba el Bearin de Pio Martínez Lizarraga y sus recordadas tertulias, donde anteriormente, antes de la guerra, estuvo el antiguo Dena Ona; El Choco (Txoko), de Alcaine y Beaumont, tan vinculado a las andanzas de Hemingway por la ciudad, quien volvería a visitar Pamplona en los años 1953 y 1959, tras un largo período de más de 20 años sin acudir. Antes del Choco estuvo en ese lugar el Bar España de San Román y Zabalardo, al menos desde 1926 hasta 1931 en que lo cogieron los dos socios antes señalados. En 1935 el Choco se había ampliado con el antiguo Bar Villa Rosa, de D. Antonio Pascual y Dª Juana Villanueva, que estaba justo al lado. También estaban el Bar Sevilla regentado entonces por Dionisio Gascué; el Guría, de Ricardo Zalba, donde hoy esta el Baviera; el Cafe bar Rhin, de Julia Alcayaga, donde hoy está el Gure Etxea; el Cafe Nuevo Torino de Doroteo Cotelo, hoy Windsor; el Café Suizo de los Sres. Matossi y compañía que sería ocupado en 1952 por el Banco de Bilbao; El Café Kutz, que tras el fallecimiento de su fundador Luis Kutz Igarzabal, en 1942, pasaría a manos de su esposa, Elvira Muñagorri, quien, con la ayuda de sus hijos José Luis y María Luisa, mantendría el negocio abierto hasta el año 1961, (hoy tenemos allí una sucursal del BBVA).
También se abría en esta década el Bar Sevilla por parte de Julián Ramirez. En la misma plaza del Castillo teníamos, entonces, los hoteles El Cisne de Ildefonso Ordoqui (también contaba con restaurante); La Perla, ya en esos años dirigido por Rafael Moreno Erro, y el Hotel España regentado por Pedro Erviti, (incautado por el nuevo Régimen donde antes estuviese el Hotel de Juanito Quintana), además de los restaurantes de la fonda Hispano Francesa, de Wenceslao Cilveti y La Navarra, sin olvidarnos del Hotel Maisonnave en la calle Espoz y Mina, todavía en manos de la familia Maisonnave hasta 1945, año en que lo adquiere la familia Alemán y del que ya he hablado en una reciente entrada del blog.
En la zona de san Nicolás, Comedias y calles cercanas estaban: en la calle Comedias ya el Burgalés de Gerardo Arce, (antiguo Gau Txori); el restaurante Casa Cuevas de las hermanas Iparrategui, que luego cogería Pablo Arce Irurita y el Cafe Roch, dirigido por cuatro de los hijos de su fundador Eugenio Roch Duquet: Pascuala, Dominica, Pablo y Gabino. Hasta mediados de los años 50, el café contaba con un sótano donde estaba la bodega, la planta baja y dos pisos superiores que albergaban la cocina, un salón de juego y una sala de reuniones para las mujeres, en esa época se puso una cafetera y se levantó la barra americana. En San Nicolás teníamos el Café Irañeta, de Juan Irañeta al que ya me referí en otra entrada del blog; el Bearan regentado por Marcelino Huarte desde el año 1935; el Ulzama de Sinforosa Ballent, (luego por los Miqueleiz Ballent); el Otano de los Juanco; Vinos el Cosechero, conocido popularmente como El Marrano, fundado por Elías Echechipia en 1926, que a partir de 1935, tras su temprano fallecimiento, pasaría a regentar durante varias décadas, su viuda Josefa Goñi Belzunce y después sus hijos; el actual Bar San Nicolás Cocina Vasca, en sus inicios Casa Marcela, y que se llamaba en esta época «La Unión», regentado por Vicente Saralegui Goicoechea; El 84, de Fermín Larrayoz, que también tenía otro bar en Jarauta, en el número 84 precisamente; el hostal y restaurante Aralar, de Segundo Minondo. Luego estaban el Catachú, en Lindachiquia, de Isidoro Iturralde, que posteriormente cedería el negocio a sus hijas Pilar y Rufina, y un poco más adelante Casa Paco, regentada por los Pueyo, en el Rincón de San Nicolás.
Como se ve, en la mayoría de los casos, los negocios hosteleros de la ciudad eran negocios familiares que pasaban de generación en generación. A finales de la década aparecen, en el nº 11 de San Gregorio, El Caserío, de Rafael Erice; en el nº 23 el Euskalduna de Juan Pedro Urbeltz; en el nº 48 el que será el bar restaurante Orbaiceta y más tarde el Museo abierto por Lucio Arizcuren; en la calle Mayor, donde después encontraremos el Bar García, estaba el bar Ederra, lo había abierto Pablo Diez de Ulzurrun. En el nº 2, donde estuvo durante mucho tiempo La Montañesa, estaba el Hotel Xavier (solo contaba con habitaciones, no tenía otros servicios) y en la segunda mitad de la década de los 40 se abría en el nº 12 de San Gregorio el bar y hostal García de San Gregorio, por parte de los señores García e Ibañez.
En Mercaderes nos encontrábamos con el Restaurante Iruña de Santiago Echechipia y Vicente Aguinaga, -Santiago y Vicente también regentaban en esos años el Cafe Bar Niza de Duque de Ahumada, aunque luego Santiago se quedaría con el Iruña y Vicente con el Niza-, y en la Estafeta, empezando por la parte más cercana a Mercaderes, podíamos encontrar el bar de Agustín Lizarazu, -donde hoy está Cuchillería Gómez-; el Bar Prados, de Florencio Prados Pascual junto a Javiera Alcalde y regentado luego por Candido Ardanaz, hoy Bar Fitero; Por cierto Florencio Prados regentaba también el bar Flor, que por la numeración encontrada debía corresponderse con el Tropicana de los años 60-70, que cerró hace unos años, aunque anteriormente, en los años 40 y 50, se llamó primero bar Sayoa y bar Brasil después; el Mesón del Pirineo, en el nº 41, fundado en 1900 por José Tejada como comercio de venta de vinos que acabó convirtiéndose en un figón; A Tejada le sucedió María Senosiain en 1915 y Julián Indavere en 1930, luego Juana García Vela y desde 1949, y durante varias décadas, lo regentarían los hermanos Zabaleta Monreal.
En el nº 55 estaba la fonda de Carlos Pascualena. En los números 61, 62, y 69 estaban los bares de Martín; Navarro (de Nicomedes Paz) y «Los Billares» de Macario Arguiñano y Demetrio Jimenez, con salón de billar; En el nº 71 estaba «Los tres amigos» de Luis Desojo Sanz, en sociedad con Federico Monasterio, que contaba también con billares, y que hoy ocupa La Granja. Y en el nº 73, 81 y 83 Hijos de Lusarreta y las tabernas de Juan Artazcoz Goñi y Ponciano Vaquero y más adelante el Restaurante San Fermín de Pablo Berastegui, en la primera planta del nº 85. Llama la atención, por lo inhabitual de la zona, la existencia de un café bar en la plaza del Consejo, nº 1. Lo regentaba Marcos Daspa y se llamaba Café Bar España.
Otros bares reseñables en esta época en el Casco eran «La Bella Easo», en Chapitela, 1 (era también restaurante), donde está hoy FNAC Connect, que hoy es Mercaderes 6; El Espejo de Miguel Aldaz en Ciudadela 9 y el Cafe Bar Europa en el nº 13 de la calle, donde hoy está el Nuevo Anaitasuna (que es la cafetería del nuevo Hotel Ciudadela); en la calle Descalzos: el bar primero de Isabel Aracil y más tarde de María Arza, en el nº 7 (actual Lambroa); El Pamplonés en el nº 11; la taberna de Germán Unanua en el nº 24; el café de Manolita Gutierrez y luego su hija Leonor en Descalzos, 55; la de Julián Amezqueta en el nº 67 o el «Goya» de María Casiriain de Diego en el nº 76 (actual Txiki) y el café de Andres Aldaz en Descalzos, 78; en Jarauta, «La Viña» de Pablo Arce en el nº 8, que luego lo coge Julián Sánchez Labarta (8-10); el bar de Ramón García en el nº 29; el bar de Moises Echarren (luego Julia Jaca) en Jarauta, 30; Vicente Gimeno, en el nº 54 (actual peña Los de Bronce) o el Bar Poza de Torcuato Poza en el nº 56 (actual C.D Iruña) que también llevaba el Cinema del Ensanche; el bar de Regino Garcia en Jarauta, 74 y en otras calles de Lo Viejo encontrábamos el bar de Sucesores de Azanza en Calderería, 33; el bar de Antonio Pérez Zabala en el nº 14 de San Francisco; el de Gregorio Areta en el nº 34 de la misma calle (luego fue una librería regentada por la misma familia y hoy aloja a Librería Luquín); el bar Bilbao en Ansoleaga, 14 de Ciriaco Beguiristain (que anunciaba en los anuncios su café expres y sus banderillas). Se abrió en la primavera de 1943 donde antes estuviera el Bar Prados que se trasladó a la calle Estafeta y al que he aludido anteriormente.
En la Navarrería encontrábamos, por su parte, donde hoy esta el Mesón de la Navarrería, el bar o taberna más bien, (en principio como otros muchas tascas o tabernas parece que empezó siendo un despacho de vino), de Primitivo Mina. Donde hoy está la Hostería del Temple estaba anteriormente el bar Goñi de Josefina Goñi que anteriormente fue el bar de Julio Palacios. Había otro bar en el nº 16 de la calle que estaba a nombre de Ciriaco Serrano. Había cafés públicos que tenían la facultad de servir platos sueltos de carne y pescado. Entre estos estaban algunos de los que he citado como el Niza, el Rhin, el Burgalés, el Bearin, el Torino, el España, el Europa, el Irañeta, el Suizo, el Kutz, el Ginés y el Iruña. El resto, al parecer, no tenían esa facultad.
Había otras muchas tascas o tabernas, la mayor parte de ellas en el Casco, entre las más castizas podemos señalar la de Candido Barón, en el nº 27 de la calle Jarauta, pues famosa fue la procesión civil organizada desde los años 30 hasta los años 50, después del cohete sanferminero y que recorría Jarauta con el Santo a andas, desde la citada taberna y hasta el nº 39 de la calle San Lorenzo donde había otra llamada Casa Paco que regentaba Fulgencio Belzunegui. Los integrantes de la simpática procesión hacían un doble recorrido, el de ida hasta Casa Paco y el de vuelta hasta Casa Barón, todo ello regado en cada taberna por abundante vino y otras viandas y refrigerios. La procesión concitó, cada año, la presencia de más gente hasta el punto de que al acto se llegarón a sumar, durante algún tiempo, incluso, algunos integrantes de La Pamplonesa que, además de tocar daban buena cuenta del vino y el pan con chorizo que se servía en el lugar; en los últimos años acudía a esta singular procesión civil o pagana la cuadrilla musical «Los de siempre». En 1947 ya se había cerrado casa Barón pero no desaparecio el espontáneo acto popular que partía de la peña Los Irunshemes. La procesión acabó en el año 1952 por orden del señor alcalde, entonces Javier Pueyo.
Además de Casa Barón otras tascas o tabernas fueron, en esos años, las de Alejandro Ciarra, en San Antón, 48, que luego cogería Juan Ayerra; la de Javier Iturbe en Campana, nº 2; la de Juan Arrastoa en Campana, 12; la de Hipolito Eguiluz, en Campana, 14; la de Marcelino Llorente en San Lorenzo, 3 (actual Kazuelikas, que daba también a Recoletas 51); También en San Lorenzo estaban las tabernas de Anacleto Aranguren (nº 10) y Angel López (nº 31) y en Jarauta, la de Angel Gil (nº 86) y Joaquín Echeverría (nº 37). En Navarrería, 8, estaba Vicente Mendía ya con el Bar Vicente, y en el nº 24 de San Gregorio, Teodosio Pérez, donde posteriormente estaría el bar Ona. Había diferentes tabernas también en las calles San Agustín (en el nº 4 la Taberna Vasca o Taberna bar Moreno), nº 9 (la del Frontón Euskal) y nº 32, Calderería (nº 10 y nº 40) y también en el nº 6 de Aldapa (la regentaba Jesús Ojer).
Entre los restaurantes podemos recordar el mítico Casa Marceliano de Matías Anoz, en Mercado 5, luego conducido por Antonio Anoz Navaz; En Mercado, 3, abriría lo que después sería el Bar Restaurante El Redin, lo abrió Eulogio Soto. Había un restaurante a nombre de Rafaela Amostegui en Navarrería, 15, -yo siempre he conocido el Amostegui en la calle Pozoblanco aunque también creo que tuvieron negocio abierto en la calle San Nicolás-, el Restaurante Yaben de José Yaben en Pozoblanco; el de los Hermanos Felipe y Anastasio Armendariz en Mañueta, 13; La Barranquesa de Daniel Bacaicoa en el nº 1 de la Bajada de Javier; el Restaurante Tirapu en Dormitalería, 16 y el Hotel Restaurante Europa en Espoz y Mina, a cargo de Dª Isadora Valencia, además de La Bilbaina, en San Antón (con fonda y restaurante). Por estas fechas, en torno a 1944, abrió el Bar Monasterio, lo abrio Federico Monasterio y un poco más tarde, al final de la década, Braulia Villanueva abriría el restaurante Blanca de Navarra, al que ya he aludido en alguna otra entrada del blog.
En el Ensanche podría citar, en esos años, entre los bares: el Olimpia de San Ignacio, nº 16, que a finales de los 40 dirigía Justo Valencia Urrutia; el Ginés de la calle Estella, junto al cine Alcazar, dirigido por Felipe Gines Cabañero; el Candanchú de Paulino Caballero, 18, regentado por Alfonso Ortiz Orcos; el Bar del Frontón Perkain de la calle Tudela, y en esta misma calle, el Bar Tudela de los hermanos Olza en el nº 13 de la calle; No quisiera olvidar tampoco el bar restaurante de la Estación de Autobuses de Joaquín Arbeloa; el Alhambra en la calle Bergamín que regentó primero Manuel Muñoz Revuelta y Juan Gazpio Ezquerro después; el bar Baztán en Paulino Caballero, 12; o el bar el Cinema en el nº 1 de la calle Estella al que ya he aludido anteriormente.
Fuera del Casco, en el Ensanche, estaban las tabernas de Hilario Mauleón, en los números 18 de Amaya y 7 de Leyre; la de Zosimo Garde que años más tarde dirigiría Alfredo Fernández, en el nº 20 de Amaya con una cervecería; la de Benito Aguirre en el nº 14 de Roncesvalles; la de Pedro Alvarez en Padre Calatayud, 20, y Saturnino Ciaurriz en el nº 14 de la misma calle. A finales de la década empezaron a proliferar numerosas tabernas por todos los barrios de la ciudad: Rochapea, Milagrosa, San Juan, Magdalena, Iturrama etc. Y entre los restaurantes estaban La Estrella en García Ximenez, 4, y el Yoldi, también hotel, dirigido por los herederos de Pascasio Yoldi en el nº 11 de la Avenida de San Ignacio; otros hoteles eran el Valerio de Margarita Aranguren, en la avenida de Zaragoza nº 5 o el Hotel El Comercio de Dª Castora Martínez de Espronceda, en el nº 6 de la avenida de Franco, actual Baja Navarra. A caballo entre las dos zonas: Casco y Ensanche en Sarasate estaba el Hostal del Rey Noble, Las Pocholas, de Gervasio Guendulain, que ya en esta época conducían sus hijas.
Fotos por orden de aparición: Nº 1: Cafe Irañeta. Archivo Roberto Monreal (antiguo bar Restaurante Baserri), Nº 2: Casa Otano. extraida de http://casaotano.com/, Nº 3: Café Bar Nuevo Torino, a principios de los 60. BY-NC 4.0 2015 / KUTXATEKA /Fondo Estudio Marin. Paco Marí., Nº 4: La plaza del Castillo de Pamplona durante las fiestas de San Fermín. Carlos Amat Erro. 1951. Archivo Abierto. Gobierno de Navarra, Nº 5: Bar Choco (Txoko). 1962. José Galle Gallego. Archivo Municipal de Pamplona (AMP), Nº 6:Antiguo Café Suizo y futura oficina del banco de Bilbao. Febrero 1953. Julio Cia. AMP, Nº 7: Hotel Restaurante Maisonnave, en la Travesía Espoz y Mina. 1962. Archivo familia Alemán, Nº 8: Cafe Kutz. 1952. Colección Arazuri, AMP. Nº 9. Calle san Nicolás. Jesús Nartínez Gorraiz. aprox. 1945. AMP, Nº 10: Calle Comedias. Casa Cuevas. José Javier Arazuri. Años 70. Colección Arazuri. AMP, Nº 11: El alcalde de Pamplona, Antonio Archanco, descubriendo una placa en el centenario del nacimiento de Sarasate, en la casa que le vió nacer, en el nº 19 de la calle San Nicolás. El Alcalde se encuentra delante de la Pescadería Cipriano y se puede observar perfectamente el rótulo del bar El 84, ubicado en el nº 17 de la calle. 1944. Archivo de José Castells Archanco, Nº 12: Cafe Roch en la calle Comedias. Años 50. Archivo Municipal de Pamplona. Nº 13: Comedor del restaurante Iruña en el nº 7 de la calle Blanca de Navarra, actual Mercaderes, Nº 14: Barrera de la policía municipal frente al mesón Pirineo en los sanfermines de 1953, Extraida de http://www.mesonpirineo.net/historia/ Nº 15: Encierro de San Fermín tras haber pasado por la bajada de Javier. 1960. Eduardo Chocarro. AMP, Nº 16: Encierro de San Fermín. José Galle Gallego. 1943, GALLE_N.2-688. Archivo General de Navarra (AGN), Nº 17: Bar Goñi, 1965. Vicente Galbete. AMP Nº 18: Bar Anaitasuna. 1955. Cedida por Victor Lucia Sainz, Nº 19: Bar Bilbao, J. Cía 24.08.1952 AMP. Nº 20: Plaza de la Navarrería. Antiguo Bar Mina. 1965. Autor desconocido. AMP, Nº 21: calle Calderería, sin filiar ni datar, Nº 22: Procesión de Casa Barón. 1943-44. Foto Galle, Nº 23: Calle Descalzos, 1936-38. Foto Galle. AGN. Archivo Abierto. Gobierno de Navarra. Nº 24. Plaza de la Navarrería. 1965. Autor desconocido. AMP, Nº 25: Anuncio del Bar Moreno, La Taberna Vasca, Nº 26: plano del bar La Taberna Vasca, Expedientes de restaurantes (bajas): Restaurante La Taberna Vasca. C/ San Agustín, 4. Pamplona. 1966-1983. Archivo Abierto. Gobierno de Navarra. Nº 27. Calle San Agustín. Taberna La Vasca, Archivo José Castells Archanco. Sin datar. Nº 28: Calle Mercado, 1963. autor desconocido. AMP. Nº 29: Interior del Bar Monasterio. 1944, sin datar ni filiar. Nº 30: Interior del Bar Candanchú, en el nº 18 de Paulino Caballero. 1941. Foto Galle. D_057. Archivo Abierto. Gobierno de Navarra. Nº 31: Calle Pozoblanco. Restaurante Yaben, Autor desconocido. 1966. AMP. Nº 32: Bar Ginés en la calle Estella, junto al cine Alcazar. Sin datar ni filiar. Nº 33: objeto publicitario del restaurante del Hotel Valerio situado en el nº 5 de la Avda. Zaragoza, Nº 34. Hotel Yoldi, en el nº 11 de la avenida de San Ignacio, Expedientes de alojamientos: Hotel Yoldi. Avenida de San Ignacio, 11. Pamplona. 1944-1977. Archivo Abierto. Gobierno de Navarra. Nº 35: Hotel El Comercio en el nº 6 de la Avenida de Franco, actual Baja Navarra, 1971. Nº 36: Estación municipal de autobuses en Pamplona. Fachada. 1935-1938. Foto Galle. DFN_IMG4707. Archivo Abierto. Gobierno de Navarra. Nº 37: Procesión de Casa Barón a la vuelta, Foto Galle, Nº 38: Calle Campana, archivo José Castells. Sin datar ni filiar. Nº 39: calle San Nicolás. Autor desconocido. 1963. AMP. Nota: Las fotos y material de Archivo Abierto del Gobierno de Navarra están bajo licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España.
Me ha encantado. He recordado muchos bares de mi infancia. Muy interesante.
Muy buenof
Haciendo memoria, recuerdo que estando de recluta en Carrascal, me tocó cocina de servicio y el Brigada que tenía que hacer compras me dijo: Sube al coche que vienes conmigo, aparcamos en la calle Ciudadela y conocí el bar Espejo, era Abril del año 1959 yo tenía 16 años y tres meses. ¡He conocido Pamplona!