Parques de Pamplona: El parque de la Media Luna (1935-2015)
Tras haber visitado y repasado la evolución del parque de la Taconera, nos vamos, en esta entrada, hasta el parque de la Media Luna, un parque, como veremos, bastante más reciente que el anterior pero igualmente hermoso y lleno de recuerdos, de resonancias de todo tipo para muchos pamploneses. Su nombre probablemente se deba a que en las fortificaciones se llamaba «media luna» o luneta a un revellín semicircular, a diferencia de los revellines triangulares, como los de la Ciudadela y es que en esta zona se construyó, en la primera mitad del siglo XVIII, la media luna o luneta de San Bartolomé. Una parte de este parque se llamaba, en el siglo XII, La Millera, por ser éste el lugar destinado a la trilla, convirtiéndose en el siglo XVII este paraje en un lugar de esparcimiento, una «zona de paseo de recreo para las gentes» tal y como figura literalmente en algunos documentos de aquella época. Así pues nos encontramos a principios del siglo XX con una zona de paseo, sobre la ripa o talud del Arga, en una zona de eras y cultivos de secano. Veamos que cambios o hitos se producen en esta zona y sus inmediaciones. Así, en 1921 se derribaba la media luna de Tejería para poder construir una nueva plaza de Toros, previo derribo de la antigua, que estaba ubicada detrás de la plaza del Castillo, aproximadamente en la zona de confluencia de Carlos III y el primer tramo de Cortes de Navarra, nueva plaza que se inauguraría en 1922. Esta luneta de Tejería y la de San Bartolome protegían el llamado baluarte de la Reina, que fue el primero en ser derribado el 25 de julio de 1915, con el inicio del derribo de las Murallas. En 1923 se contruía, en la trasera de la nueva plaza de Toros, donde luego estaría el Parque de Bomberos, la nueva perrera que anteriormente estaba en la plaza Santa Ana así como el garaje de coches mortuorios.
Las obras de adecentamiento de la Media Luna se realizaron en torno a 1923-33 (junto a este párrafo vemos una foto anterior de la Media Luna, concretamente del año 1918) y finalizaron en 1935 con la construcción, sobre la ripa de Beloso, de un muro de contención, sobre el que se alinearía el actual paseo protegido por la barandilla, que va desde Beloso hasta el baluarte de San Bartolome, (vemos, junto a este párrafo, una foto de 1935 de esas obras publicada en el libro de J.J. Arazuri, «Pamplona, calles y barrios»). En 1937 se aprobaron las obras para la formación del parque de la Media Luna, comenzándose a construirse, en primer lugar, en sus inmediaciones, viviendas unifamiliares y algunos hotelitos, y más tarde, en 1943, el parque como tal. Diseñado por Victor Eusa, con un cierto toque de inspiración árabe, por sus albercas, fuentes y setos recortados, el parque de la Media Luna tiene una extensión de 67.000 m2 y cuenta además con pérgolas, pequeñas esculturas, bancos, un bonito estanque con peces (1946), una pista de patinaje y como en la Taconera arboles de muy diferentes especies (incluida una de las tres secuoyas que hay en la ciudad). El parque de la Media Luna estaba delimitado por las calles Arrieta, Media Luna, Avenida de Francia, Ripa de Beloso y la media luna de San Bartolomé. En 1943 se reconstruyó el Fuerte de San Bartolome que se encontraba en un estado importante de deterioro, tal y como vemos en la foto de Galle, habilitando, posteriormente parte de su perímetro como parque infantil.
En 1958 se construía el nuevo Parque Municipal de Bomberos, que sería renovado y completado en sus instalaciones en los años 1978 y 1979. En 1959 se construía el Monumento a Sarasate, restaurado no hace demasiado tiempo, cerca del llamado refugio y posteriormente bar con terraza que todos conocemos y que data de 1949. Durante muchos años, al menos hasta los años 70-, hubo en el Parque un pequeño kiosko para la música, hoy desaparecido. En 1985 se produjo una profunda restauración de este Parque y también en 2001 el Ayuntamiento invirtió un millón de euros en diversos arreglos. Al final del parque de la Media Luna se encuentran: un crucero gótico, con el escudo de las Cinco Llagas, un monumento a Sancho El Mayor; a su lado un bajorrelieve que recuerda la figura de Huarte de San Juan, el Chalet de Izu, construido en 1955 bajo proyecto de Ramón Urmeneta (y que hoy es centro de encuentros profesionales y sede de varios colegios profesionales) y el Seminario Diocesano, también obra de Eusa, construido en el año 1936, que en la guerra se utilizó como hospital de campaña, el llamado «Hospital Alfonso Carlos», para volver a ser seminario terminada la contienda. Junto a la plaza de toros se encuentra el Monumento a Hemingway, inaugurado el 6 de julio de 1968, con la presencia de su viuda. Como ya he dicho en una entrada sobre los sanfermines, en el año 1967, los fuegos artificiales, se lanzaron desde el baluarte de San Bartolome.
En el 2011 se inauguraba, en el baluarte de San Bartolome, el Centro de Interpretación de las Murallas de Pamplona, que ofrece explicaciones, en las diferentes salas, ubicadas en cada una de las bóvedas o casernas-, sobre la construcción y evolución de las Murallas y la vida en Pamplona en aquellos siglos de recinto fortificado. También en 2011 se inauguraba el ascensor de la Media Luna, que permite salvar el desnivel existente entre el parque y la zona de la bajada del Club Natación, además del puente o pasarela de Labrit que conecta el Parque de la Media Luna con la Muralla de Labrit y la Ronda del Obispo Barbazan, completando, de este modo, un maravilloso paseo que permite recorrer las Murallas de Pamplona, desde el Mirador de Vistabella hasta la Cuesta de Beloso. Al igual que pasa con la Taconera y su mirador de Vistabella, desde el mirador del parque de la Media Luna, se puede disfrutar de unas excelentes vistas del rio Arga y las Huertas de la Magdalena, con el perfil de la Catedral, a nuestra izquierda, inmortalizado en infinidad de pinturas y fotografías.
Fotografías referenciadas en el texto de la entrada y diversas postales publicadas en los años 50 y 60