Comercios centenarios: Farmacia Arnedillo (antigua Farmacia Garate)
Continuo con la serie sobre la historia de los comercios, serie que nos ha acompañado a lo largo de las últimas semanas y que con este artículo llega a su octava entrega. Si bien el origen de esta farmacia en este lugar, número 2 de Curia, se remonta a 1880, cuando Manuel Mercader comunicó al Consistorio la sustitución de la tienda allí existente por una farmacia, Mercader había ejercido la profesión de farmacéutico con anterioridad en la plaza, y por cierto, muy cerca de su tradicional ubicación, ya que consta una solicitud al Ayuntamiento, de algunos años antes, en 1873, para establecer una botica en el nº 18 de la calle Mercaderes, donde actualmente hay un comercio de Setem (comercio justo).
Mercader que era, probablemente, de origen catalán, habría llegado a Pamplona a principios de los años 70 del S. XIX poco antex de abfrir la botica en la calle Mercaderes, y, antes de abrir la farmacia en Curia, en 1879, había promovido la rehabilitación integral del edificio que había comprado en esa época, adaptándolo a las nuevas necesidades y exigencias del siglo, con especial preocupación por los saneamientos y otras instalaciones de higiene. Por otro lado, la entrada principal al edificio que anteriormente estaba en la calle Curia se trasladó en este nuevo proyecto a la calle Calderería. No olvidemos que, en estos años, buena parte del parcelario del Casco Viejo que entonces era toda la ciudad no reunía las mínimas condiciones de higiene y salubridad, viviendo los pamploneses de aquella época en un estado de hacinamiento tal que obligaría, inexorablemente, a derribar las murallas que encorsetaban la ciudad histórica y a expandirse por los ensanches.
Mercader llevaría las riendas de la farmacia no menos de tres décadas. En 1911 cogía en traspaso la farmacia Don Antonio Corti, hombre de ascendencia italiana, de aspecto corpulento y apariencia un tanto decimonónica, que la mantuvo hasta el año 1938. Como Don Manuel Mercader vivía en el mismo edificio de la farmacia, algo también bastante habitual entre los comerciantes la época. Casi al final de la guerra, en 1938, se hacía cargo del establecimiento Santiago Beltrán. Como en otras farmacias, mucho había cambiado el funcionamiento de estos singulares establecimientos comerciales. Antaño, en muchas farmacias, se elaboraban las llamadas «fórmulas magistrales», con las que hacían frente a todo tipo de dolencias, afecciones y enfermedades. En el caso de esta farmacia, Beltrán elaboraba específicos, bajo el nombre de Laboratorios Rono, que se distribuían por toda España. Aquellas producciones farmacéuticas estaban muy alejadas de los actuales procesos industriales y tenían mucho de elaboración artesanal en la rebotica.
Su nuera, Sagrario Garate, cogía el relevo de la farmacia en el año 1984, reformando la fachada y recuperando la antigua apariencia que tuvo a principios de siglo. Posteriormente compartió la titularidad del negocio con su hija, de forma que durante casi un siglo, concretamente 82 años, la razón social no salió del ámbito familiar y fue consecutivamente Beltrán, Garate y por último Garate y Beltrán. El 1 de octubre del pasado año cogió en traspaso el negocio Esther Arnedillo que continua con la misma «receta» que ha hecho que esta farmacia esté próxima a cumplir 150 años muy pronto: sigue ofreciendo un trato cercano y personalizado a su clientela, cada vez más intergeneracional.
Fotos por orden de aparición: Nº1. AMP. 1965. Foto Galle. Nº 2. Archivo Asociación Casco Antiguo de Pamplona. 2005. Nº 3. AGN. Foto Galle. 1925. Nº 4. AMP. Zubieta y Retegui. 1938