Servicios municipales en la Pamplona de los años 20 (1921-1930)
En 1922 el Ayuntamiento, cuyo edificio vemos a la derecha de este párrafo en una foto de Roldán de aquellos años, tenía un déficit de 100.000 pesetas pues la Diputación no había aprobado algunos impuestos o arbitrios necesarios para el sostenimiento municipal. Se proyectaba cubrir el déficit estableciendo un arbitrio a los casinos de recreo y aumentando del 15 al 25% el del billetaje de los espectáculos públicos. Se calculaba ese año en 1.600.000 pesetas lo recaudado por arbitrios e impuestos. En 1928 los presupuestos estaban más equilibrados: eran ya de 2.182.316 pesetas y los ingresos por impuestos ascendían a 2.080.000 pesetas. Entre 1929 y 1932 se preveía un amplio plan de reformas y mejoras locales con un presupuesto de más de 9 millones de pesetas que contemplaba la pavimentación del nuevo ensanche y de varias calles de la ciudad antigua, el saneamiento de los barrios extramurales, la edificación de algunos grupos escolares y del teatro municipal, mejoras y ampliaciones en el alumbrado público, construcción de caminos, lavaderos y hornos crematorios, etc.
El Laboratorio Químico Municipal que estaba en la calle Calderería, junto a la Casa de Baños, tal y como vemos en la foto adjunta de 1952 de J.J Arazuri, y se dedicaba al análisis de líquidos y productos alimentarios; La central de la red telefónica urbana municipal que estaba en las Escuelas de San Francisco, donde prestaban servicio siete telefonistas, un telefonista nocturno y seis obreros. (vemos una foto de dicha central de 1924-34 párrafos atrás). Había entonces 800 abonados al servicio telefónico en Pamplona. Había locutorios públicos en dicha central, la Electra y Alhóndiga Municipal, el Mercado de Santo Domingo, los almacenes de tránsito y fielato de la Estación del Norte, San Lorenzo, Portal Nuevo y San Nicolás así como en las subcentrales de la red militar y de Burlada, El Mochuelo, Huarte y Ororbia; la antiquísima panadería municipal «El Vinculo», que vemos en la fotografía adjunta de Julio Cia de 1918, cuyo edificio se construyó en 1862 en la calle de su nombre y que era una tahona reguladora de este servicio básico, -la fabricación del pan-, administrada por D. Miguel Villanueva, con diferentes despachos en la ciudad. Contaba con diez operarios.
Las oficinas del Cuerpo de Arbitrios Municipales que estaban en un edificio cercano a la iglesia de San Lorenzo, tal y como vemos en la invernal foto del Rincón de la Aduana de 1900, que aparece publicada en los libros de «Calles y barrios» de J.J Arazuri y que contaba con 34 recaudadores y 5 matronas (sic). Había dos cuerpos de guardias, el Cuerpo de Guardas Rurales, compuesto por 18 guardas (39 en 1938) que prestaba servicio en los barrios extramurales de la capital, que desaparecerían como tales en torno a 1965 pero cuyo semblante y apariencia veríamos reflejada en los guardias de los parques que conocimos en nuestra niñez allá por los años 60 y 70 (que vemos en la foto de la derecha de Galle de 1938) y la Guardia Urbana formada entonces por 40 agentes. La fusión de estos dos cuerpos daría lugar en los años sesenta (1964) a la Policía Municipal en el último tramo de la alcaldía de Miguel Javier Urmeneta. Había igualmente un Cuerpo de limpieza pública, formada por treinta barrenderos y un pequeño servicio municipal que se ocupaba del arreglo de calles y jardines; El depósito municipal que estaba ubicado en la calle Jarauta aunque luego se trasladaría al Ensanche, en las cercanías de la plaza de toros. Había tres alcaldes de barrio, uno en San Juan, otro en la Rochapea y otro en la Magdalena que en 1922 eran D. Pedro Gastiga, D. Manuel Martínez y D. Elías Soto respectivamente. El Ayuntamiento contaba, además, con veterinarios municipales e inspectores de sanidad pecuaria así como médicos de la beneficencia municipal.
Fotos referenciadas en el texto de la entrada