La antigua calle Errotazar (1950-2003)

La calle Errotazar, algunos de cuyos tramos vemos en las fotos adjuntas de J. Cia del año 1953, y que hoy han desaparecido, precisamente los correspondientes a su primera parte, sustituidos, desde comienzos de este siglo,  por la prolongación de la calle Rio Arga, es probablemente la más antigua de las calles de la Rochapea. La calle, antiguamente Camino de Errotazar, arrancaba en la Casa Gamarra, junto  al  puente de la Rochapea y llegaba hasta el convento de Capuchinos, en el cruce con la avenida de Marcelo Celayeta, donde está pasaba a llamarse avenida de Villava. El nombre de la calle esta documentado al menos desde el siglo XVII donde aparece como Errotachar. Durante muchos años y en su largo trayecto solo tenía un rótulo que decía Erota-zar. De cualquiera de las maneras parece claro su origen vasco: errota (molino), zar (viejo). Probablemente hiciera referencia a la casa de Errotachar o del molino viejo, en la zona de las posteriormente Casas de Mina cuyos restos (del molino) se debían de encontrar en la orilla  del antiguo canal que nacía en la presa de San Pedro, cerca del pequeño puente de Errotazar, junto a las antiguas piscinas infantiles de San Pedro, canal que corría paralelo al río y terminaba en el Arga, bajo el puente de la Rochapea.

Si recorríamos la calle justo desde el puente de la Rochapea, dejábamos a la izquierda los restos del antiguo Matadero Municipal de Carnes, hoy en su lugar  hay una construcción del Club de Remo,  la plaza del Arriasko, luego de Errotazar y hoy  aparcamiento en superficie de Corralillos, la casa de Gamarra (que vimos en la entrada de Joaquín Beunza). Pasado el inicio de esta calle había una casa de dos plantas y junto a ella un taller de coches, en donde antes  estuvo la antigua lavandería de Tabar. Más adelante había un solitario bloque de viviendas construidas a finales de los 50 o primeros 60 (Errotazar, 3) y que fue derribado en el inicio de este siglo (2003) para construir la actual calle Río Arga paralela al río. En esa zona estuvo desde hacía muchísimo tiempo el llamado patio de Navascues que vemos en la foto de la izquierda de J.Cia datada en 1955 y en donde, en tiempos, hubo fábricas de curtidos, velas y cerveza. Más adelante, conservada hasta el último tercio del pasado siglo, estaba la casa de la Cenona, junto a una serrería y más adelante una serie de huertas y fincas, más adelante de las cuales estaba el llamado Prado de la Cera que llegaba hasta la esquina de Errotazar con el camino de los Enamorados. En ese último tramo, se construirían en  los primeros años 60 numerosos edificios de viviendas, como se puede comprobar en la fotografía de Echegaray, precisamente de esa época, donde vemos tanto a la derecha como al fondo los nuevos bloques de viviendas. Pasado el camino de los Enamorados nos encontrábamos con la escuela de Errotazar también llamada de Lavaderos, hoy unidad de barrio del Ayuntamiento. En ese lugar hubo hasta 1961 una fuente con un abrevadero, al igual que también  hubo otra cerca del puente de Santa Engracia, en el comienzo de la antigua Joaquín Beunza y otras muchas desperdigadas por los diferentes barrios de la ciudad.Siguiendo el cauce del rio, atravesando la actual rotonda de Errotazar, en ese lado de la calle lo único destacable que encontrábamos hasta la construcción de las llamadas casas de Virgen del Río era el Monasterio Viejo de San Pedro, antiguamente Convento de San Pedro (el primer y más antiguo convento medieval de la ciudad, construido en el siglo XIII, habitado primero por los padres franciscanos y luego por unas monjas, las Petras, que estuvieron en él hasta 1969, año  en que el edificio quedó abandonado. El edificio en rápido proceso de deterioro  sirvió de albergue durante algunos años a  algunas familias gitanas, hasta que fue recuperado y rehabilitado por el Ayuntamiento). En la foto de la izquierda, de Arazuri, de 1967, vemos el Convento sin las viviendas nuevas que se construirían en la zona poco más tarde. Luego venían las casas municipales de San Pedro (construidas en el año 1949 por el consistorio) y que vemos en la foto de la derecha, de J.Cia,  datada en  1950. En esa zona hubo anteriormente  un lavadero, una fuente y un abrevadero.  Muy cerca de aquí estuvo, entre 1958 y 1993, la antigua fábrica de Copeleche, entre las calles Garde y Ansoain que vemos en la foto de Goñi, del parrafo siguiente. En sus terrenos se construiría años más tarde la nueva plaza circular  de viviendas de Iturriotzeaga. Un poco más hacia la izquierda,  entre la calle Cruz de Barcacio y la carretera de Artica hubo  desde 1959 hasta finales de los 80 otra fábrica,  la fábrica de pretensados Aedium que vemos en la foto de 1984 publicada en la revista Ezcaba en el año 2004. Yo creo haberla vista hasta el año 1989.

Regresamos al puente de la Rochapea y recorremos la calle, esta vez por su lado derecho. Junto al puente de la Rochapea había una zona verde en suave descenso hacia el río, poblada de arboles (con enormes plataneros de más de un siglo de vida pues fueron plantados por el consistorio en 1899) y que fue durante muchísimo tiempo el mayor lavadero de la Rochapea y uno de los mayores de la ciudad, aunque no el único. Hay  innumerables fotografías en las que podemos ver a las sufridas lavanderas afanándose con su labor junto a la orilla del rio. Tras esta zona estuvo durante muchos años, practicamente hasta el derribo de estas construcciones, a finales de siglo, una casa que albergó la antigua casa de fideos y pastas «La Navarra», tras esta la casa de la Parra, luego de la familia Lorda, más adelante la casa de Vergara,  casa del Obispo y más adelante las Casas de Mina, en la zona donde estaba el antiguo molino de Alzugaray (y antes el molino de la Polvora y fábrica de papel), detrás de la cual estaba el antiguo Prado de la Lana. Tras la casas de Mina estaba la huerta del Mochorro (del euskera «mozorro») que en tiempos albergó una de las primeras zonas de baños públicos de la ciudad. Tras las construcciones del lado derecho de la calle Errotazar hubo, hasta la nueva reordenación de la Rochapea, a finales del pasado siglo,  infinidad de huertas que suministraban al cercano Mercado de Santo Domingo, que recibían la denominación de sus dueños o inquilinos y que se extendían desde esta zona hasta las cercanías del Puente de Santa Engracia, desde 1999 todas desaparecidas, al ser sustituidas por el nuevo Parque Fluvial. Siguiendo la calle Errotazar más allá de su primer y más denso tramo, nos topábamos con el viejo puentecillo de Errotazar, la presa de San Pedro y bordeando el rio llegábamos hasta la iglesia de San Pedro, junto al convento de los Capuchinos. El convento data del siglo XVII y la iglesia del convento,  debidamente rehabilitada,  se abrió al culto de los feligreses en el año 1952.

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