Buscando nuevas fotografías con que poder obsequiarles, he encontrado este par de originales de los archivos digitales históricos (Fondo Ruiz Vernacci) que tienen una excelente calidad, especialmente la diurna, y que nos ofrecen una poco conocida panorámica de la Plaza del Castillo, tomada desde el Hotel La Perla, donde podemos ver el Teatro Gayarre, (anteriormente conocido como Teatro Principal), cerrando lo que desde 1932 sería el comienzo de la Avenida de Carlos III, flanqueado por el Credito Navarro a la izquierda y el Palacio de Diputación a la derecha, el kiosko de la música, de madera, en mitad de la plaza, rodeada por un parterre, mucho antes de que fuera sustituido por el actual kiosko de cemento (que data de 1943), y sin rastros de los bancos, mosaicos o plataneros que constituirían la imagen tradicional de la plaza durante más de medio siglo.
Como curiosidad, si se fijan en las farolas, se darán cuenta de que al menos se ha recuperado el estilo de las luminarias, pues dichas farolas tipo báculo son las que actualmente lucen en la plaza. Para datar la fecha de realización de las fotos, me he basado en dos hechos que nos pueden acotar algo la cronología. Vemos que ya está construido el nuevo edificio del Banco de España en el Paseo de Sarasate (se terminó en agosto de 1927) y aun no se ha derribado el edificio del Teatro para trasladarlo a su actual ubicación en la avenida de Carlos III (se derribó en 1932), por lo tanto la fotografía tiene que ser forzosamente de ese período.
En esos años, Pamplona vivía el desarrollo de la primera fase de su nuevo ensanche, -que se había iniciado al comienzo de la década-; la dictadura de Primo de Rivera caminaba hacia su recta final y se aproximaba la II República que terminaría trágica y abruptamente con la guerra civil, si bien en nuestra ciudad, en nuestra comunidad, no hubo frente de guerra. Estos años, finales de los 20 y comienzos de los 30, fueron años convulsos en nuestra ciudad, en los que ya se comenzaba a gestar, tanto en los periódicos como en las calles, el abierto enfrentamiento entre el bloque conservador, con mucho poder y raigambre en nuestra tierra, sobre todo el componente carlista, el nacionalismo y el emergente bloque de izquierdas (fundamentalmente republicano-socialistas), como veremos en los capítulos que dedicaré a la política en nuestra ciudad durante el primer tercio del siglo XX. La plaza del Castillo, verdadera sala de estar de los pamploneses sería mudo testigo de dichos enfrentamientos y de los principales acontecimientos históricos y sociales que viviría nuestra ciudad y nuestra comunidad a lo largo del siglo XX.