Parques de Pamplona: El parque de la Taconera (1830-2015)

Inicio una nueva sección en el blog bajo el nombre de Parques de Pamplona, recorriendo los parques más importantes de la ciudad. Inicio este recorrido, como no, por el parque más antiguo, bonito y emblemático de la ciudad: el parque de la Taconera.  Recorrerlo es un placer. Nos retrotrae a muchos pamploneses a nuestra más tierna infancia cuando correteamos por entre sus bancos rojos, senderos y jardines, bordeados por grandes olmos (desaparecidos en los años 80 con la grafiosis que dejo prácticamente desnudo el parque), nos escondíamos entre sus recoletos rincones, o veíamos asombrados los animales que vivían en régimen de semilibertad en los fosos. Hasta el siglo XVI, siglo en que se derriban las viejas murallas junto a la Taconera esta zona era un simple campo. Pero ya en el siglo XVII hay indicios de que se estaba formando un parque, bien por el cuidado o conservación de los arboles por parte del portalero o la colocación de algunos bancos en la zona, circunstancia que observamos se mantiene en el siglo XVIII en el que aparece en los planos de la ciudad la Taconera como una zona verde. El parque se convirtió en jardín a partir de 1829, en su zona más cercana a la iglesia de San Lorenzo, y el resto de los jardines se fueron instalando durante 1830, ocupando una superficie de 90.000 m2 en torno a las murallas y muy cerca del Casco Antiguo, con un estilo de clara inspiración versallesca.

Seguiré un orden cronológico para enumerar los numerosos cambios, novedades, hitos  e incorporaciones que ha tenido este parque a lo largo de su ya dilatada historia de 185 años. Entre algunos de los hitos más antiguos del parque estaba el llamado «árbol del cuco» un ejemplar arbóreo situado en la zona más cercana a San Lorenzo, en el Bosquecillo de la Taconera, que fue derribado en 1888 y cuyo origen databa al menos del siglo XVI. En 1906 se desmontaba el Portal de la Taconera situado en la actual calle Navas de Tolosa, a la altura de donde, desde 2002, se ha reconstruido el mismo portal. En su lugar se instaló otro más ancho, con unas torres metálicas de adorno a cada lado,  que en 1954 desaparecieron para ampliar la anchura de la calzada, suprimiéndose al mismo tiempo un trozo de muralla y el revellín. El escudo y una leyenda del antiguo portal se conservaron desde 1961, hasta la reconstrucción del Portal en 2002, en un monolito situado en los jardines de Antoniutti. Vemos junto a este párrafo y al siguiente una secuencia de fotografías que documentan estos cambios. La primera fotografía, con el antiguo portal, puede ser de entre 1902 y 1906 y aparece en los libros de J.J. Arazuri, «Pamplona, calles y barrios», la segunda foto, de José Ayala, es de 1907, con el portal y las torres metálicas. La tercera es de marzo de 1954 antes del inicio de las obras de ensanchamiento de la zona y la cuarta de J. Cía, es de  julio de 1954, de la zona en plenas obras. También, y casi de forma paralela al Portal de la Taconera, el Portal de Santa Engracia o Portal Nuevo, sufrió  cambios parecidos: en 1906 se derribaba y se sustituía por una pasarela metálica y en 1950 se reedificaba con un estilo neoclasicista, bajo el proyecto y dirección de Victor Eusa.

En 1918 se instalaron en los Jardines, sobre sendos pedestales, dos bustos de dos grandes personalidades  navarras: uno, en uno de los extremos sur  del parque, casi en la entrada del bosquecillo de la Taconera, el busto del escritor vianés Francisco Navarro Villoslada, descolgado del parque tras la construcción del Hotel Tres Reyes, y mucho más descolgado tras la obra de la rotonda de Navas de Tolosa en 1999 y otro busto  a Sarasate en uno de los jardines interiores. Este busto, de Sarasate, se trasladó en 1965 a la fachada del Conservatorio Superior de la calle Aoiz. En su lugar  se colocó el busto de otro músico navarro, Hilarión Eslava. En 1927 se instalaba junto a la caseta de alquiler de bicicletas (hoy el Café Vienés, cerrado) la estatua de la Mariblanca (representación de la diosa de la beneficiencia y la abundancia), después de haber recorrido la plaza del Castillo (1790-1910) y la plaza de San Francisco (1911-1926). ¿Cuando recuperará esta estatua el lugar que se merece en la ciudad, en vez de estar semiescondida como lo está ahora?

En 1929 se colocaba en la actual calle del Bosquecillo, y enfrente del anden central del parque, el antiguo Portal de San Nicolás, construido en 1666, y desmontado de su ubicación original, cerca de la actual iglesia de San Ignacio, en 1915. Es una bonita recreación barroca de un arco de triunfo que vemos, en una postal en color, de los años 60, encabezando esta entrada. En 1931 se ampliaba el parque de la Taconera por su lado norte al rellenarse los fosos del baluarte de Gonzaga, que vemos en la foto adjunta de 1920 de Fidel Veramendi y adelantarse el Mirador de los Jardines (que también vemos en una foto de 1912) una veintena de metros hasta el borde de la muralla de la Cuesta La Reina. Al nuevo mirador se le llamó Mirador de Vistabella. En 1934 se inauguraba el busto del médico y filosofo Huarte de San Juan, con motivo de las actividades del Ateneo organizadas, ese año, en su recuerdo. También en este año se instalaba la arquería gótica existente junto a los fosos en la zona norte del parque, con el escudo de armas de los Teobaldos. Creo haber visto incluso la estatua de uno de los Teobaldos, Teobaldo II (hace tiempo desaparecida) en alguna antigua fotografía presidiendo esa arquería gótica. Entre 1939 y 1943, se desarrollaron algunos de los proyectos del arquitecto Victo Eusa, para las zonas no acondicionadas, quedando el parque más o menos como está ahora. En 1949 intentaron convertir el foso en lago aunque el proyecto no se llevó a la práctica. En 1950 se inauguraba el monumento a Gayarre, con su enorme basamento cilíndrico, esculpido con bajorrelieves, rematando el anden central (tal y como vemos en la postal a color de los años 60, al final de la entrada). En su lugar había antes una gran fuente de surtidor, como la que vemos en la foto de Galle de los años 30 encabezando esta entrada.

En 1961 comenzó a construirse el Hotel Tres Reyes, que se inauguraría dos años más tarde (en 1963), en terrenos del Bosquecillo de la Taconera, una muy desafortunada actuación urbanística que rompió la unidad del parque y condenó a la zona del bosquecillo restante a una situación de marginalidad y abandono. Donde se construyó el hotel había antes un bonito palomar (que vemos en una postal de entonces) y un estanque con patos y cisnes. Junto a este párrafo y el siguiente vemos también sendas fotografías de J.J Arazuri, del Bosquecillo de los años 1959 y 1960, antes del comienzo de las obras del hotel. En estas fechas se construye también el parque Antoniutti, entonces avenida de Bayona. Se construyó sobre los antiguos fosos del Portal de la Taconera. A partir de 1971, al abrirse la avenida del Ejército, el tramo comprendido entre Navas de Tolosa y Circunvalación se cerró al tráfico y se convirtió en una pista de patinaje. A finales de los 60, los militares abandonarían el antiguo Club Mola, junto a la avenida del Ejército, y se instalaron en uno nuevo club junto a los fosos de la Taconera (entre Antoniutti y Larraina). A finales de los años 60 se creaba el pequeño zoo de los fosos, con ciervos, patos, faisanes, cisnes, pavos reales (recuerdo incluso algún jabalí) que incluso, en aquel tiempo, se extendió a otras zonas, fosos, de las  murallas de la ciudad, como el Redín y posteriormente se instaló en la Taconera un parque infantil. También recuerdo otro zoo (era una zona acotada, como una gran jaula) en la zona del Paseo con un monito que nos hacía mucha gracia, conejos y otras especies, que desapareció a finales de los 80 o primeros 90.

Otros elementos que recuerdo de este parque son el antiguo kiosko  del Bosquecillo existente en el lugar desde el año 1918 hasta 1992 y que reproduzco al final de la entrada. Este kiosko de madera (recuerdo que era de color verde y blanco)   era el  mismo kiosko que se había  instalado en la plaza del Castillo por la Sociedad Lechera Anaitasuna en los primeros años del siglo XX. El Ayuntamiento decidió desmontarlo en el año 1992 y erigir una nueva instalación hostelera en su lugar que recientemente han vuelto  a sacar a concurso. También hay que señalar el nuevo Palomar de la Taconera, que vemos en la foto de Galle de 1960, situado cerca del minizoo de Antoniutti, cuya caseta oculta un transformador de electricidad, la Cruz de la Taconera, situada frente al Bosquecillo (que data de 1521) y el edificio de los baños del Bosquecillo, obra también de Victor Eusa, conocido popularmente como «el paraguas» (1938). Esta zona es escenario, además, de la llegada del Angel de Aralar y en Sanfermines, ubicación para diferentes escenarios festivos: verbena en Antoniutti, actividades infantiles, conciertos y música regional en el Bosquecillo, puestos de venta ambulante, Euskal Música en Taconera. La Taconera es y seguirá siendo, en mi opinión, uno de los rincones más entrañables de la ciudad. 

Fotos referenciadas en el texto de la entrada

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