Principales entidades musicales del Viejo Pamplona (1865-1946)

Esta entrada viene a completar otras entradas del blog que han ido tratando el arte y la cultura en nuestra ciudad, centrándome, en esta ocasión,  sobre todo,  en las entidades musicales más destacadas de nuestra ciudad para terminar haciendo referencia a otro tipo de entidades públicas y privadas relacionadas, en este período, con la cultura. Y repasaré su historia empezando por las entidades más antiguas para acabar con las más recientes. A principios de siglo la sociedad artística más importante de la ciudad  era el Orfeón Pamplonés. El actual Orfeón nacido en 1892 tiene varios antecedentes. En 1865 se creó un primer orfeón por parte de once personas entre las que se encontraba D. Conrado García que tenía una tienda de pianos en el Paseo de Valencia, con el objetivo de «enseñar música gratuitamente a los artesanos que lo solicitasen y fuesen admitidos». De este primer orfeón fue director D. Joaquín Maya y subdirector D. Mariano García y en él  llegó a participar un joven Julián Gayarre. Fueron nombrados socios honorarios de este primer orfeón personajes tan célebres en el ámbito musical como Joaquín Gaztambide, Emilio Arrieta, Hilarión Eslava, Juan Guelbenzu o Dámaso Zabalza. Este primer orfeón desapareció en 1873 por causas fundamentalmente económicas. El pequeño número de socios que tenía no permitía hacer frente a los gastos de una gran masa coral. El segundo orfeón nació el 6 de noviembre de 1881, bajo los auspicios de la élite cultural pamplonesa, -en él participaron personalidades como Julio Altadill, Juan Iturralde y Suit, Antonio Irazoqui, Serafín Mata y Oneca, Florencio Ansoleaga…-,   y seguía el modelo ateneista de otras ciudades. De hecho se llamaba  Ateneo Orfeón Pamplonés y combinaba las actividades musicales con las literarias y de otro tipo. Su director musical fue Fidel Maya y el literario Serafín Mata. En 1885 se suspendió por  falta de asistencia de los coralistas a los ensayos disolviéndose en 1887. Aun hubo un tercer intento más de crear un orfeón en 1890 que no llegó a fructificar. El actual Orfeón nació en 1892, si bien sus primeros pasos se habían dado en 1891. Fue su primer director Don Remigio Múgica que lo sería durante 56 años, desde 1891 hasta 1947. De su brillantez, como director, da la medida el hecho de que en los primeros 28 años del Orfeón, bajo su dirección,  conquistó nada menos que 24 primeros premios en concursos nacionales e internacionales.

Inicialmente el coro lo componían solo voces masculinas. En 1903  se creó el coro femenino, convirtiendo al Orfeón Pamplonés en uno de los primeros en incorporar a la mujer a las masas corales en España, de hecho en 1906 el coro se abrió a mujeres y niños, pudiendo acometer, de este modo, y con todos los timbres y voces unos repertorios musicales mucho más amplios y variados. El Orfeón participaba asiduamente en los conciertos matinales de San Fermín en los que se contaba con la presencia  de Pablo Sarasate. Ese año el Orfeón se iba a encargar de la parte musical en la boda del rey Alfonso XIII que se vio deslucida por el atentado que se produjo al término de la ceremonia. En 1908 presidía la sociedad, D. Antonio Millor. Hasta esa fecha habían presidido la entidad Miguel Echarri, Joaquín Zubiría, Jorge Fernández, Santiago Benito, Feliciano Ariz, Teodoro Navaz y Arturo Saravilla.   Tras Millor ocuparían la presidencia Nemesio Aramburu que lo había sido también en el momento de la fundación, Baldomero Zulategui, Javier Arraiza,  Mariano Arteaga, Jesús de Aranzadi, Hilario Etayo, Mariano Carlón, Joaquín del Olmo, Felix Huarte, Jesús Huarte, Javier Donezar, José Luis Zufia, Luis Morales, Fernando Benito, José Juan Noguera, Juan José Pérez Alfaro, Mercedes Irujo, Javier Orella, Joaquín Jabat  y Daniel Sánchez. En los años 20, se dice en el anuario de Saiz Calderón, que «el Orfeón fomentaba la cultura, sosteniendo clases de solfeo y de canto gratuitas y poseía una buena biblioteca para la instrucción y recreo de sus socios». Tenía su sede en el nº 33 de la calle Ansoleaga, en el antiguo Palacio de Aguerre donde hoy está la trasera del Hotel Maisonnave. Tanto tiempo estuvo en esta ubicación el coro que al edificio se le conocía  por el nombre de La Casa del Orfeón. Posteriormente se trasladaría a su actual sede de Pozoblanco. Dirigía el coro D. Remigio Múgica, siendo subdirector Mariano Beunza. En 1920 el Orfeón contaba con 150 orfeonistas, más de 70 voces masculinas, 40 femeninas y una treintena de niños así como 200 socios protectores. En 1925, el número ascendía a 180 orfeonistas, 100 masculinas, 45 femeninas y 35 de niños. Fueron memorables sus éxitos en 1927 en Madrid con  el Orfeón y la Orquesta Sinfónica de Madrid de Arbós en el Monumental Cinema de Madrid,  participando en el Centenario de la Muerte de Beethoven o en 1928, en Pamplona, dirigidos por Maurice Ravel.

En 1942, con motivo de su 50º aniversario, el Orfeón recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio. A Remigio Múgica, con un impresionante legado artístico a sus espaldas, le seguirían en la dirección  el sacerdote Martín Lipúzcoa (1948-1956), Juan Eraso (1956-1960) con el que el Orfeón se abrió a los auditorios franceses, llegando hasta París. Pedro Pírfano dirigió al Orfeón en el período 1960-1967. Durante su dirección el Orfeón acudió a los grandes festivales musicales, nacionales e internacionales: Portugal, Francia, Granada, Holanda, etc. Con él,  el coro se abrió a la vanguardia, sin olvidarse tampoco  el folklore popular. A Pirfano le siguieron Carmelo Llorente (1968-1973) y José Antonio Huarte (1973-1992), con el que el  Orfeón participó en multitud de  festivales de verano europeos y en los más importantes auditorios de la península. Con motivo de su centenario en 1992 el Orfeón recibió  la Medalla de Plata al mérito en las Bellas Artes y  el Premio Príncipe de Viana de la Cultura. Tras José Antonio Huarte el Orfeón entró en un   proceso de redefinición, con varios directores musicales, algunos de ellos, con escasa duración en el cargo, como Juan Carlos Múgica (1992-1996), Koldo Pastor (1996-1997) o  Pascual Aldave (1997-1998). Alfonso Huarte,  director entre 1998 y 2005, fue el primer director en contar  con un equipo profesional de gerencia. Se produjo una renovación total de la entidad, tanto en su estructura como en el coro. El coro volvió  a los escenarios nacionales y europeos más importantes. Igor Ijurra es su  director desde el año 2005. Con él continua su excelente trayectoria histórica cantando junto a  orquestas sinfónicas tanto nacionales  como  extranjeras. Destacan entre  sus actuaciones la del Carnegie Hall en el año 2010, año en que recibe, además,  la Medalla de Oro de Navarra o la del Lincoln Center en el año 2012. Actualmente la Sociedad tiene 400 socios.

Junto al Orfeón estaba, a principios de siglo, la Sociedad Musical  y Orquesta Santa Cecilia, presidida por Alberto Huarte,   de hecho la sociedad tenía su sede en el colegio Huarte de la calle Mayor, con Santos Laspiur en la vicepresidencia, y con una cuarentena de afamados profesores en la plantilla  que acompañaban siempre a Sarasate en sus conciertos de San Fermín. No en vano, la iniciativa de fundar la orquesta se había llevado a cabo gracias al impulso de Sarasate y con la colaboración del mencionado Huarte y del director de la Academia Municipal de Música D. Baldomero Navascués. La Sociedad y la Orquesta habían sido promovidas en 1878  por el insigne violinista pamplonés con el fin, y cito textualmente,  «de elevar el nivel musical de la sociedad navarra».  La orquesta se convierte así en la más antigua de las orquestas españolas.  Su primer concierto lo dio  en los primeros meses de 1879. La Orquesta acompañó  a  Sarasate en el concierto que dio en Pamplona en los Sanfermines de 1879. Tenía inicialmente  70 miembros si bien en 1882 se fijó su número en 65, cifra que permaneció estable hasta 1933. La Sociedad y el Orfeón Pamplonés dieron conciertos juntos en la década de los ochenta del siglo XIX, bajo la dirección de Joaquín Maya, director, entonces,  de ambas instituciones. Sarasate seguiría siendo su principal impulsor  asesorándoles, financiando la compra de las partituras e interviniendo, junto a ella, en sus  conciertos anuales sanfermineros hasta su muerte en 1908.  La Orquesta participaba en los principales actos festivos e institucionales de la ciudad. Gracias a Sarasate vinieron  a Pamplona figuras  de la música tan importantes  como Maurice Ravel, Camilo Saint Saéns (que la dirigió en alguna ocasión), Berta Marx o  Otto Neitzel. Maya fue sustituido en sus ausencias  por   Ricardo Villa, director de la Banda Municipal de Madrid. En esta primera época  dirigieron la orquesta también ocasionalmente Larregla y Saco del Valle.

A la muerte de Sarasate  la orquesta Santa Cecilia entró en una profunda crisis hasta prácticamente  casi desaparecer. En 1932 volvió  a resurgir con motivo del homenaje que se le tributó al profesor de la Academia Municipal de Música Felipe Aramendia.  Ese año se reunieron buena parte de los músicos de la ciudad para formar un conjunto que actuase en el  citado homenaje. Dirigió la orquesta Ricardo Villa.  A la vista del resultado algunos músicos como Alfredo Lumbreras, José María Ruiz, Julio Masset o Cristiano Medina proyectaron relanzar la orquesta “Santa Cecilia”. Se pensó como director estable en Joaquín Gasca, joven director músico militar que residía en Logroño. La plantilla  de la orquesta  incluía profesores como el mencionado Lumbreras, del Hoyo, Robustiano Setuáin, César Zaro, Arizcuren. El primer concierto lo dieron el 2 de febrero de 1933, posteriormente  darían otros  16 conciertos. La orquesta ofrecía un concierto mensual para “socios protectores”, a 2,50 pesetas la butaca de sala, y 1,50 pesetas el palco. La guerra interrumpió la vida de la orquesta, ya que Gasca quedó retenido en Madrid. Se hizo cargo del puesto el pamplonés Fermín Muruzábal, que pertenecía a la plantilla del Conservatorio de Vitoria. En 1942 asumió la dirección de la Orquesta, Luis Morondo, pero pese a sus esfuerzos no logró que la Orquesta remontase el vuelo.  La causa: el carácter no profesionalizado de los músicos que se veían obligados a dedicarse a otras tareas para sobrevivir. Al cesar Morondo, se inició otro período difícil,  con Bruno Muñoz en la dirección, que había sido también subdirector de la Orquesta Municipal de Bilbao, y que permaneció en su puesto hasta 1962.

En enero de 1962 se hizo cargo de la dirección Javier Bello Portu, que se mantendría en su puesto  hasta 1983. No fue una época fácil. A diferencia de los años 40 y 50 en los que los pamploneses acudían asiduamente a los conciertos, incluso se contaba  con  la presencia, de vez en cuando, de algún artista extranjero, la recepción, en los años 60, de los pamploneses a la orquesta y  a los conciertos fue bastante fría, en general,  hasta el punto de que en 1969, estuvieron a punto de autodisolverse. Fueron, en última instancia,  el  Ayuntamiento de Pamplona, la Diputación y las Cajas de Ahorros de Navarra y Municipal de Pamplona, quienes se encargaron de salvarla, subvencionándola. La orquesta volvió a su actividad, tanto de conciertos mensuales como participando en los actos más importantes de la Ciudad (festividad de Santa Cecilia, misas de San Saturnino y San Francisco Javier, vísperas de San fermín, responso a Sarasate el día de Todos los Santos en San Nicolás, etc.). En 1983 cesó Bello Portu y se hizo cargo de la dirección, Miguel Roa. Su primer concierto fue el del día 28 de octubre de 1983. Las autoridades navarras, en 1984, otorgaron  a la orquesta una subvención de 25 millones anuales. Roa se marchó  en enero de 1985. Este año el Parlamento de Navarra  aprobó la profesionalización de la Orquesta  y a la junta directiva se  incorporó un delegado de la Institución Príncipe de Viana. También ese año fue contratado como director Jacques Bodmer que profesionalizó la orquesta,  compuesta por 67 músicos, y que accederían al puesto  por concurso oposición. En 1993 cesó Bodmer y se contrató a Miquel Ortega. En 1995 la Orquesta Santa Cecilia cambió su nombre para convertirse  en  la Orquesta Pablo Sarasate, Orquesta Sinfónica de Navarra. Ese mismo año, Ortega cesó a petición propia y fue sustituido por Luis Aguirre. Dos años más tarde, en diciembre de 1997,  la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia y el Gobierno de Navarra constituyeron la Fundación Pablo Sarasate. Ese año se hizo  cargo de la dirección Ernest Martínez Izquierdo y se contrato una gerencia. Martínez Izquierdo estuvo en la dirección hasta el año 2103 que le sustituyó Antoni Wit. En 2016, la Orquesta Sinfónica de Navarra pasó  a depender de la Fundación Baluarte, contando con 52 músicos en plantilla. A Wit le sustituirá en la titularidad de la Orquesta  Manuel Hernández Silva, a partir de este mes de septiembre.

La primera Sociedad Filarmónica de Pamplona se constituyó el 20 de febrero de 1906, con el objeto de “cultivar y fomentar la música clásica mediante la celebración de conciertos instrumentales y vocales”. Al constituirse tenía 146 socios que eligieron una junta directiva compuesta por Arturo Campión, presidente; Florencio de Ansoleaga, vicepresidente; tesorero, Alberto Huarte; contador, Antonio Ochoa de Retana; vocales, Eugenio Lizarraga, Remigio Múgica y Santiago Bengoechea; vicesecretario-archivero, Ángel Lazcano; secretario, Luis García-Landa. Pablo Sarasate figuró como socio honorario. Tras un primer momento de cierta actividad decayó. En los años 20 la Sociedad Filarmónica renació de nuevo y organizó numerosos conciertos a cargo de figuras de primer orden a nivel mundial y que se extinguió, según algunas fuentes, por la abundancia de cuartetos excelentes en la programación.  Estaba presidida en esos años por D. Joaquín Canalejo y tenía  su sede también, como la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia,  en el Colegio Huarte. Contaba con más de medio millar de socios que celebraban sus conciertos en el Teatro Gayarre. Tenía una cuota de ingreso de 5 pesetas y una cuota mensual de 3 pesetas, “pagaderas por mensualidades adelantadas”.  La actual Sociedad Filarmónica se fundó en el otoño de 1960, siendo su primer presidente desde su fundación y hasta 1989, Jesús Aizpún  año en que le sustituyó José María de Andrés Soraluce, vicepresidente y fundador. Ofreció su primer concierto el 6 de diciembre con  la Orquesta del Palazzo Pitti de Florencia, el  violinista Aldo Ferreressi y el director Aldo Faldi. En octubre de 1989 tenía 1.346 socios. Hoy tiene apenas 700. Entre sus conciertos destacan los de Andrés Segovia (17.6.1961), el recital de Montserrat Caballé (23.5.1964), la presentación de la Orquesta Sinfónica de RTVE (1966), la de Robert Casadesus (15.3.1967) que estrenó el primer piano propiedad de la Filarmónica, un “Stenway”, destruido en el incendio del teatro Gayarre (noviembre 1968), local de los conciertos de la Sociedad, el de Arthur Rubinstein (7.12.1971) y Yehudi Menuhin (18.1.1975);  la de la Orquesta Nacional de la URSS (18.10.1973); la de Jesús López Cobos con la Royal Philarmonic londinense (12.5.1980). En 1989 la cuota anual que se pagaba era de 20.000 pesetas.

La Agrupación «Los amigos del Arte»,  asociación musical dirigida en los años 20 por Paulino Otamendi estaba domiciliada  en el nº 15 de la plaza del Castillo, luego lo estuvo en el nº 3, 2º de la citada plaza y posteriormente, desde los años 30  y durante muchísimos  años,  hasta finales de siglo, por lo menos, en el nº 14 (que luego sería el nº 2) de la calle Mayor, (Palacio del Condestable). Estaba  constituida por una veintena de  jóvenes entusiastas  aficionados a la música. Contaba con más de 100 socios músicos y protectores que  llegaría posteriormente a los dos centenares. En 1927  presidía la Agrupación el impresor Ramón Bengaray. La Agrupación había sido fundada  el 1 de junio de 1918, por los hermanos Paulino y Santiago Otamendi. Con sus rondallas y pasacalles y su participación en diferentes actividades y eventos se convirtieron en una de las agrupaciones musicales más castizas y populares de la ciudad. El local del Condestable era un local grande, con bar, donde los músicos no solo ensayaban sino donde se reunían  como si fuese una sociedad.  Además de salir de  ronda por las calles de Pamplona y organizar fiestas y bailes, también nutrió de instrumentistas a la primera Pamplonesa. En los años 50 la Agrupación se componía de 80 músicos. Entre su actividad, además de las mencionadas rondallas y de participar en diferentes festivales y actos culturales, estaban las San Pedradas,  antesala de los Sanfermines, que surgieron en la década de los 20. Las San Pedradas eran largas noches de música. Salían a las 12 de la noche a tocar y a menudo terminaban  a las 7 de la mañana… Y  cantaban jotas y pasacalles alusivos incluso al momento político y social.  En 1983  la Agrupación  «Los Amigos del Arte» dio un gran giro y, bajo la dirección de Koldo Pastor, se creó la Orquesta de Cámara Paulino Otamendi. Actualmente, forman parte de la Orquesta de Cámara Paulino Otamendi una veintena de personas. La Agrupación reúne a bandurrias, laudes, bajo, contrabajo, guitarras, fagot, flautas y teclado… Desde entonces y hasta hoy día, la principal actividad de la sociedad es la difusión de los instrumentos de púa a través de la mencionada orquesta de cámara. Entre los nombres propios de la agrupación a lo largo de su historia están los de Juanjo Sarasibar,  Joaquín Rodríguez, Javier Carricas, Zapatero ‘El Zapa’, Julián Pérez Oliva, Patxi Antunez, Saturnino Sorbet y otros.

A finales de la segunda década del siglo XX nacía en nuestra ciudad  la banda de música La Pamplonesa.  Fue fundada por Vicente Sádaba,  junto a Silvano Cervantes y Manuel Zugarrondo, en septiembre  de  1919, con sede, -tras un intento de que estuviese en la escuela de música de la plaza del Vinculo-,  en las escuelas municipales de Compañía. Fue su primer director Silvano Cervantes. Hasta entonces habían existido tres bandas de música militares, la de los regimientos Almansa, América y Constitución que animaban las fiestas. El director de la banda del regimiento América Silvanio Cervantes había formado unos años una banda de música: la  Banda de Música de los Exploradores, formada por músicos muy jóvenes. Esta banda desapareció en torno a 1917. La Pamplonesa estuvo  formada inicialmente por 37 músicos aunque poco después llegarían a los 40. La primera actuación se produjo el 11 de octubre de 1919. La banda recorrió las calles de la ciudad tocando un pasodoble y una jota. Los socios de la Asociación  promotora de la banda pagaban 25 céntimos mensuales para fondos de la Sociedad. La nueva Junta de la Asociación  la constituyeron, aparte del presidente Vicente Sádaba, otros miembros de la banda como Zugarrondo, Marín, Mendaza, etc. En cuanto se puso en marcha la banda, Vicente Sádaba, presentó la dimisión. A partir de entonces el nuevo presidente de la Asociación  sería D. Manuel Zugarrondo y lo sería hasta 1942, año en que el Ayuntamiento se hizo cargo de “La Pamplonesa” entrando a formar parte de un patronato del que dependerían también los dantzaris del Ayuntamiento y la banda de  gaiteros y txistularis. En sus primeros sanfermines (1920) la banda participó en todos los actos organizados en la calle:  el cohete, el riau riau, las dianas que eran a las 5 de la madrugada, la procesión… incluso se ofrecieron algunos conciertos en el bosquecillo de La Taconera.  La banda estaba subvencionada por el Ayuntamiento (10.000 pts en 1927; en 1920 habían sido tan solo mil) al que acompañaba  en todos los actos y  solemnidades oficiales y contaba con numerosos socios protectores, siendo su presidente honorario el maestro Joaquín Maya que fallecería en 1926.  Fueron directores de la banda Silvano Cervantes, su hermano José Cervantes en dos ocasiones, Juan Berruezo, Saturnino Sorbet, José Luis Gómez, Manuel Gómez (1968-1979), Ricardo García Cerdá y Josep Vicent Egea.   En 1987  “La Pamplonesa” se convirtió en Asociación Cultural, pues en origen era  una Asociación Civil. Como Asociación Cultural la banda firmó un convenio con el Ayuntamiento de Pamplona con una duración de 30 años que regulaba las relaciones entre ambas partes. Por  ese convenio el Ayuntamiento se comprometía  a convocar, con carácter exclusivo, a “La Pamplonesa” para acompañar musicalmente a la corporación en cuantos actos solemnes y  oficiales de carácter corporativo se celebrasen:  procesiones, acompañamientos a la Corporación Municipal en todas sus salidas, conciertos dominicales tanto en la Taconera en verano como en la Ciudadela en invierno y con una actividad prácticamente ininterrumpida en las Fiestas de Julio, habiendo ampliado su ámbito con salidas a la Provincia en la promoción de cultura de la Institución Príncipe de Viana.  En 1988, la banda contaba con 48 componentes.

En 1946 se fundaba otra de las instituciones musicales más importantes de nuestra ciudad que hace unos meses, este año 2018,  fue reconocida con el Premio Príncipe de Viana de la Cultura: la Coral de Cámara de Pamplona. Hace más de 20 años tuve el honor  de poder colaborar, como profesional de la comunicación y  organización de eventos,  en las actividades de conmemoración de su 50º aniversario. Rescato algunas pinceladas de las notas de mi archivo que me sirvieron entonces, en aquel verano del 96, para publicar un pequeño libro sobre la historia de la Coral de Cámara de Pamplona que editó el Ayuntamiento de Pamplona, el único libro que recoge, hasta el momento,  la historia íntegra de esta entidad. El debut de la Coral, así lo recogió la prensa local, tuvo lugar el 11 de diciembre de 1946 en el Coliseo Olimpia, dentro de un concierto organizado por la Sociedad Santa Cecilia. La Coral había sido fundada por el puentesino Luis Morondo Urra, en el mes de noviembre. Morondo había sido subdirector del Orfeón antes de fundar la Coral  y sería director de la Orquesta Santa Cecilia entre 1942 y 1961. Siendo Morondo subdirector del Orfeón había comenzado a ensayar con un grupo de solistas canciones y madrigales de los siglos XV, XVI y XVII. De hecho el objetivo inicial al formar la Coral era estudiar, trabajar y cultivar precisamente la música de esos siglos, aunque conforme pasaron los años la Coral amplió su repertorio a todo el género de música vocal. Morondo habría querido que el Orfeón tuviera su propio Coro de Cámara sin embargo aquel proyecto de Morondo no prosperó. Este deseo y algunas diferencias personales hicieron que Morondo se fuese del Orfeón así como  algunos de los mejores solistas que tenía el Orfeón en ese momento.  Entre ellos estaba María Angeles Senosian, Tere Corcuera, Conchita Goñi, Dionisio Inza, Cecilio Resano. Animado por alguno de esos ex-orfeonistas y junto con  otros siete integrantes: Dolores Senosiain, Josefina Greño, María Ester Oses, Francisco Javier Casas, Pedro Turullols, Francisco Sorozabal y Valeriano Zabalza, constituyeron, como he dicho en noviembre de 1946 el grupo inicial a los que se sumarían luego, en los años siguientes,  otros grandes nombres como María Eva Zabalza, las hermanas Carmen y María Asunción Asurmendi, Conchita Artaiz, Julián Olaz, José Luis Ochoa de Olza y un largo etcétera.  Ensayaban en casa de Morondo, que vivía  en el nº 43 de la calle Zapatería todos los días de la semana.

El ambiente previo a su primer concierto fue especial. Había temor a la reacción del público dadas las circunstancias en que se había producido la salida del Orfeón y el peso de esta institución musical en la ciudad, sin embargo ninguno de esos negros augurios que revoloteaban por las cabezas de aquellos coralistas se cumplieron  y el concierto resultó todo un éxito de crítica y público. Los ensayos además de en la casa de Morondo donde se realizaron durante 37 largos años se realizaron alguna vez en casa de Pedro Turullols en la plaza de Castillo y en el local de «La conciliación» en la calle Zapatería donde ensayaba habitualmente la Orquesta Santa Cecilia.  Tras su concierto inaugural, la Coral cantó en 1947 en el cine Diana de Logroño, en San Sebastian (dentro de la Quincena Musical), nuevamente en Pamplona y en enero de 1948 hicieron su primera salida al extranjero,  una gira por Portugal que se saldó con un clamoroso éxito hasta el punto de que a su vuelta de la gira fueron recibidos en el Ayuntamiento. Posteriormente la Coral participó en el Certamen Internacional coral de Llangollen (Gales), en junio de 1948,  ante 18.000 espectadores donde obtuvo el 2º premio y luego en Amiens, y en la sala Pleyel de París. Cada regreso de la Coral se convertía en un acontecimiento social de la mayor importancia, como décadas más tarde lo podrían ser los éxitos de Osasuna: recibimientos multitudinarios, recepción en el Ayuntamiento, etc. A este mismo concurso de Llangollen se presentaron un año después (1949) y ganaron el Tercer Premio.  En 1950 llegaba la consolidación definitiva de la Agrupación, con la consecución del Gran Premio en el Concurso Internacional de Coros de Lille. Además, recibía  también  la Medalla de Oro de la Ciudad. A su vuelta el recibimiento por la ciudad fue apoteósico. Ese mismo año realizó su primera aparición en las Semanas Musicales Internacionales de la Abadía de Royaumont, festival al que regresarían sucesivamente en años posteriores.

Tras el triunfo en Lille, la Coral arrasó también en Alemania: (Solingen, Viersen y Rheydt) y Bélgica (Tirlemon y Amberes). Posteriormente realizarían una gira por Argentina (cantaron en el Teatro Colón y en otras 16 ciudades), Chile, Brasil y Uruguay (Teatro Sodre de Montevideo), que volverían a repetir dos años después. En total dieron más de 50 conciertos. Recibieron  el Diploma del Colegio de Críticos Musicales de Argentina al mejor conjunto que había visitado dicho país así como la Medalla de Oro de la ciudad argentina de San Nicolás (Argentina).  En 1953 recibieron  la Encomienda de Alfonso X el sabio (Morondo) y en 1955  la Coral, la Encomienda del Mérito Civil. Tras Sudamérica actuaron en Burdeos, Royaumont y Estrasburgo entre otros lugares. La Coral fue invitada, además,  a visitar  Marruecos y Argelia, donde en 1957 fue  premiada con la Gran Copa de Plata del Festival de Música de Argel. Luego hicieron una larga gira de más de 40 conciertos por Estados Unidos y Canada actuando, entre otros lugares, en el Metropolitan House y el Town Hall de Nueva York y grabando dos discos para la discográfica Columbia. Uno de sus conciertos fue retransmitido por la NBC. Volverían a Norteamérica dos años más tarde pero antes acudirían a Holanda e Italia. En la segundad mitad de los 50 se comenzaría a renovar el coro con la entrada de nuevos cantantes que sustituirían a algunos de los históricos. Presidieron la entidad a lo largo de su historia, primero Valeriano Zabalza (hasta principios de los 50) y luego Estanislao de Aranzadi,  Antonio Aznarez (durante los años 60 y primera mitad de los 70), Alberto Munárriz (desde mediados de los 70) y finalmente Luis Felipe Sarasa (desde 1983 y hasta 2008),   Jesús Hernández Aristu, Elisabet Azkarate (2014) y Anne Miren Troyas (2016). A finales de 1955 la Agrupación tenía 300 socios que pagaban entre 3 y 5 pesetas. En sus primeros 7 años de existencia habían dado más de 300 conciertos, la mitad de ellos en el extranjero, y si nos referimos a sus primeros 13 años, serían más de 1.500 conciertos.  En  ese mismo período habían grabado más de 20 discos con los mejores sellos musicales del mundo Lumen, Telefunken,  Philips, Wernminster, Movieplay, ARSIS o RTVE. En total, a lo largo de su historia ha grabado más de 100.

Inicialmente el coro estaba compuesto por 13 voces. En 1954 llegaría a las 18. La Coral  frecuentaba, como ningún otro coro hasta entonces,  los principales escenarios europeos actuando  en las principales salas de conciertos de Francia (Abadía de Royaumont, Sainte Chapelle, Sala Gaveau), Italia (Sala  Pérgola de Florencia), Portugal, Inglaterra, Alemania (Sala Volksbühne de Hannover), Bélgica, Suiza, Holanda (Konzertgebow de Amsterdan), Austria (Kontzerhaus de Viena),  y relevantes escenarios españoles como el Palau de la Música Catalana o el Teatro Real de Madrid. Durante esos años, la Coral fue  invitada a participar en festivales como el  de Nantes, o los Festivales Internacionales de Segovia,  Alsacia,  Divonne, el Festival de Música de Gijón,  Mayo Musical de Burdeos, Festival Internacional de Música y Danza de Granada, Festival Internacional de Estrasburgo, Festival Internacional de Vincennes (1955) donde recibieron la medalla de oro de la ciudad, Festival de las Noches de Borgoña, Festival Internacional de la Aubernia, Festival Internacional de Viena, Festival Internacional de Bruselas, Festival Internacional de Graz o Festival Internacional de Santander. En 1965 Austria y Alemania serían los destinos de sus giras. Durante los años siguientes  la Coral no emprendió ninguna gran gira. En 1967 se produjo una pequeña crisis por falta de voces que afortunadamente se solventó. Francia fue el único lugar fuera de España en esos años donde cantó regularmente la Coral. En 1976 la Coral hacía su tercera gira por Sudamérica.  En 1977 actuaba en Suecia y Finlandia. En 1979 participaba en la Semana Internacional de Masas Corales de Jerusalén, siendo la encargada del concierto de clausura.  Las posibilidades de crecimiento artístico de la Coral se veían condicionadas esos años por circunstancias económicas. De hecho tuvieron que renunciar a multitud de invitaciones y ofrecimientos por razones estrictamente presupuestarias.

En enero de 1983, fallecía su fundador Luis Morondo y le sucedía en la dirección José Luis Eslava. Bajo su batuta, la Coral actuó en el Musikaste, en el Festival de Granada, inauguró la Quincena Musical Donostiarra y clausuró el Festival de Música Española del siglo XX de León.  En 1986 hacía una gira por las universidades norteamericanas. A finales de ese año, la Agrupación tenía cerca de 300 socios que pagaban una cuota de 1000 pts al año que en 1992 se incrementaría a 3.000. En 1987 la Coral regresaba a Finlandia. En 1989 participaba en el IV Ciclo de Música Coral Hispanoamericano celebrado en el Gran Teatro de La Habana (Cuba) y en 1990 en el Festival de Música Coral de Georgia y en el Palacio del Cine y la Televisión Soviéticos en Moscú (URSS).  En marzo de 1991  realizaba una nueva gira, la cuarta,  por Estados Unidos y en 1992 regresaban al Festival Internacional de Coros de Israel. En 1993 volverían a Estados Unidos por quinta vez. En 1994 asumió la dirección Máximo Olóriz, que había sido director adjunto de la Orquesta Santa Cecilia y dirigido el Conservatorio Pablo Sarasate. Realizó una profunda renovación incorporando al grupo jóvenes voces, lo que supuso un cambio en el estilo interpretativo del coro, tan propio de Morondo. Cabe destacar, en el período de Olóriz,  la participación  en diversos Festivales Internacionales como Biarritz, Nantua, Primavera Musical de Venecia, Festival de Arte Sacro de Madrid, además de una nueva gira, en 1995, por Argentina, la quinta de la historia de la Coral.

En 1998, bajo la dirección  de Koldo Pastor, la Coral convertía  la interpretación de la música más vanguardista en el eje fundamental de su repertorio y participaba en el 14º Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante y en el 13º  Encuentro Coral “Ciudad de Torrevieja”. Actuó en el Auditorio de Zaragoza con motivo de la IV Semana de Música Contemporánea, en la Capilla del Palacio Real de Aranjuez y realizó una gira por Marruecos. En septiembre de 2001, fue nombrado director de la Coral Pello Ruiz que permaneció en su puesto hasta  2004 en que  la dirección recae en  David Guindano, quien profundizó en el repertorio de la música antigua, creando un coro profesional especializado dentro de la Coral, el Nova Lux Ensemble, que ofrecía  su primer concierto en 2006, si bien posteriormente en 2008 Guindano protagonizó la mayor crisis de la institución en toda su historia al ser cesado por la junta directiva y abandonar el coro 12 de sus 16 componentes, formando luego la Coral de Cámara de Navarra. Posteriormente le sucedieron en la dirección artística de la Coral Jesús María Echeverría (apenas cinco meses), Sergi Moreno-Lasalle o Josep Cabré. Desde 2012 su director es David Gálvez Pintado.  Más de 200 socios y cerca de una veintena de patrocinadores constituyen la base social de la entidad.

En aquellas primeras décadas del siglo cabría, además citar, la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, un antecedente de lo que vendría a ser luego, en los años 40, la Institución Príncipe de Viana, con sede en la Cámara de Comptos Reales de la Calle Ansoleaga.  Estaban en la Comisión personalidades tan destacadas como los académicos Arturo Campión, Julio Altadill, el conde Guendulain, Eduardo Carceller, Carlos de Marichalar, Joaquín Maya, etc. Eran vocales natos el alcalde de Pamplona, el vicepresidente de la diputación foral, el director del Instituto y el arquitecto municipal, Serapio Esparza, entre otros. La Comisión se fundó en 1844 y desapareció con la guerra civil. El Instituto de Estudios Históricos de Navarra era hija de la Sociedad de Estudios Vascos y la presidía el mencionado Arturo Campión, con Ignacio Baleztena en la vicepresidencia, contando como miembros de la junta con personas como Joaquín San Julián, secretario, Fernando Arvizu, contador, Leoncio Urabayen, tesorero, y los vocales Joaquín Beunza, Padre Gorrostarazu, Julio Altadill, Jesús Etayo, etc.

La Sociedad de Estudios Vascos, Eusko Ikaskuntza, fue creada en 1918 por las Diputaciones forales de Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra en el transcurso del I Congreso de Estudios Vascos celebrado en Oñate. Desarrolló sus actividades hasta el estallido de la guerra civil, reanudandolas en septiembre de 1978. Se definía  como «una entidad constituida por todos los amantes de la tierra vasca que buscaba el renacer de su cultura». El presidente de honor era el rey de España. En la subcomisión navarra estaban, en 1931, personas como Rafael Aizpún, Joaquin Beunza, Santiago Cunchillos, Luis Oroz o Miguel Gortari, este último en representación de  la Diputación como la había estado Ignacio Baleztena unos años antes. A mediados de los años 20 (en 1925) nacía la Asociación Euskeraren Adiskideak (Los amigos del euskera), subvencionada por la Diputación Foral, el Ayuntamiento y la Caja de Ahorros de Navarra.  Agrupó a  navarros sin distinción de tendencias políticas pero amantes de sus tradiciones. Su objetivo, según su Reglamento, era el de «enseñar, sostener, fomentar y extender el euskara» y también el resurgimiento de las costumbres, diversiones y deportes tradicionales, especialmente la música, canto, bailes y juego de pelota. Debía estar exenta de todo matiz político. El Reglamento lo firmaron Jenaro Larrache, el padre Dámaso de Inza, Gerardo Valcarlos, Miguel Inchaurrondo, Miguel Esparza, José M.ª de Huarte y Domingo Beunza. Tenía su sede en el nº 18 de la avenida de San Ignacio. Los certámenes literarios convocados solían tener dos partes, una para estudios o disertaciones sobre un tema vasco y la otra un concurso para los niños de los pueblos. En el año 1927 la Junta Directiva estaba integrada por las  siguientes personas: presidente, Jenaro Larrache; vicepresidente, Miguel Inchaurrondo; Tesorero: Bernardino Tirapu; vocales: Pablo Roch, Joaquín Ezquieta,  Remigio Mújica, los padres Dámaso de Inza y  Buenaventura Recalde, José María Huarte, Joaquín Garjón, su secretario era Pablo Archanco. En 1931 salieron de su junta algunos vocales y entran otros como Ignacio Baleztena, Wenceslao Goizueta y Leandro Olivier.

Fotos por orden de aparición: Nº1: Primera fotografía que se conserva del Orfeón. 1894. Publicación especial con motivo del centenario del Orfeón, Nº 2: Remigio Múgica Múgica. Director fundador del Orfeón Pamplonés (1891-1948). Publicación especial con motivo del centenario del Orfeón, Nº 3: Voces femeninas en el Orfeón. 1906-1910. Publicación especial con motivo del centenario del Orfeón, Nº 4: Concierto del Orfeón en el Monumental Cinema. 1927, Nº 5: Martín Lipúzcoa con el Orfeón en Valladolid. 1953, Nº 6: Pedro Pírfano con Lorin Maazel. 1962 , Nº 7: El orfeón en el Festival de Villancicos de 1974, (Las fotos 5, 6 y 7 están extraidas de la página web del Orfeón www.orfeonpamplones.com) Nº 8: Pablo Sarasate con la Orquesta Santa Cecilia. 1906. Victor Pliego www.navarra.es, Nº9: Concierto de la Orquesta Santa Cecilia. Octubre 1968,  Nº10: Programa de mano de la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia, sin datar. Nº11: Carnet socio profesional Sociedad Filarmónica de Pamplona. Años 10 , Nº 12: Los Amigos del arte. 1922. Iñaki Porto. Los Amigos del Arte, Nº 13: Los Amigos del arte. Años 60,Iñaki Porto. Los Amigos del Arte Nº 14 : Los Amigos del arte. 1971, Iñaki Porto. Los Amigos del Arte.Nº 15: Los Amigos del arte. Años 70, Iñaki Porto. Los Amigos del Arte. Nº 16, Nº 17 y Nº 18: Fotos históricas de la banda La Pamplonesa, www.bandapamplonesa.com, Nº19: Luis Morondo Urra, fundador de la Coral de Cámara de Pamplona (1909-1983).  Nº 20: Una de las primeras fotos de la Coral tras su fundación,1947.  Nº21: La Coral de Cámara en El Certamen Internacional de Llangollen. Junio 1948. Nº 22: La Coral de Cámara en el Concurso Internacional de canto de Lille. Mayo 1950.  Nº 23, La Coral. Años 50 Nº 24: La Coral de Cámara junto al compositor Salvador Bacarisse en la abadía de Royaumont,  Nº25: La Coral de Cámara junto al compositor francés Henry Sauguet en el Festival de Dos Mundos en Spoletto (Italia). Julio 1963, Nº26: La Coral de Camara en Estados Unidos (1957) (fotos 19 a 26. Archivo fotográfico Familia Morondo para el libro «Historia de la Coral de Cámara de Pamplona». Ayuntamiento de Pamplona. Colección Breve Temas Pamploneses. Nº 34). Nº 27: La Coral junto a su nuevo director, José Luis Eslava, tras el fallecimiento de Morondo. Archivo Chonin Asurmendi. Nº 28. Portada del Pensamiento Navarro con motivo de la celebración del 2º Congreso de Estudios Vascos en Pamplona (1920), Nº 29: 2º Congreso de Estudios Vascos en Pamplona (1920). De izquierda a derecha: Mateo Múgica Urrestarazu, obispo de Osma; José López Mendoza, obispo de Pamplona; Leopoldo Ejio y Garay, obispo de Vitoria; Julio Altadill; el Rey Alfonso XIII; Francisco Javier Arraiza y  Lorenzo Oroz y Umiza, presidente de la Diputación, Colección Bernardo Estornes Lasa. Auñamendi Eusko Entziklopedia. Nº 30. Cartel 2º Congreso de Estudios Vascos en Pamplona (1920), Nº 31: Boletín de la Comisión de monumentos Históricos y Artísticos de Navarra. (1896)

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