Comercios del Viejo Pamplona: el Paseo de Valencia (1908-1953)
Y saliendo de la calle Comedias, entonces, a primeros de siglo, llamada Dos de Febrero, desembocábamos en 1903 en el llamado Bulevard de Sarasate, llamado popularmente por los pamploneses durante buena parte del pasado siglo, también, como Paseo de Valencia. Hoy un buen número de los viejos edificios de su parte más antigua, la lindante con el Casco, han sido derribados y sustituidos por otros y por lo tanto, de buena parte de aquellos viejos locales, nada queda. A la vuelta de Comedias, donde hoy se encuentran las tiendas de Kikos y Zucitola estaba la tienda de alimentación de Román Oteiza, que vemos en la fotografía que encabeza la entrada. Fabricaba y vendía pastas alimenticias, pastas para sopa y también cafés tostados al por mayor y al por menor, velas de cera y un largo etcétera, convirtiéndose en los años siguientes ya como Oteiza e Iribas en una tienda de coloniales al por mayor y al por menor. Ocupaba los números 2 y 4 del Paseo.
Contaba, además, con otra tienda en el nº 60 de la calle Jarauta. Después de la guerra Oteiza se trasladaría, como tantos otros comerciantes del Casco, al Nuevo Ensanche, aunque en esta época hubo de todo, comerciantes que mantuvieron la tienda en el Casco y abrieron un segundo punto de venta y comerciantes que trasladaron su actividad a las calles de esta expansión urbanística de la ciudad. En los años 40-50, en esa esquina de Sarasate con Comedias teníamos la zapatería de calzado fino de Justo Azcona y donde estaba Oteiza e Iribas encontrábamos la tienda de alimentación de Sandalio Urrutia. Junto a ellas podíamos hallar las pastelerías-confiterías de María Trasobares y la de Jose María Vilar así como la agencia de viajes Vincit. Zucitola permanece en este lugar, al menos, desde 1936. A continuación, también en el nº 4, en la segunda década del siglo XX hallábamos la centenaria armería Casa Puntos, que tiene su origen en el frances Bretrand Puntos, al que aludí cuando hablé de la calle Pozoblanco y que después cogería Juan Martinez de Goñi y más tarde continuaría su viuda, que también vemos en una de las fotografías que encabezan la entrada. Se especializaría en artículos de caza y pesca aunque también vendía artículos de viaje. En los años 50 la veríamos en el nº 10 del paseo y posteriormente en la calle Lindachiquia. También en esta zona había una tienda de venta de material de electricidad, la de Rafael Rodríguez y Compañía aunque posteriormente en los años 30 había allí una administración de lotería, la de Joaquín Solorzano. En 1939, Nicanor Mendiluce inauguraba la Heladería Nalia aunque desde el primer momento el negocio lo gestionaría el maestro heladero y turronero José Serrano, al que seguirían luego su hijo Vicente y actualmente, desde hace unos pocos años su nieto, la tercera generación, también llamado Vicente.
Posteriormente, en el nº 6, tenía su local un marmolista, Ramón Carmona, donde posteriormente, en 1919 se instalaría la sede del Banco Hispano Americano, que desde los años 30 conoceríamos en el otro lado del Paseo, en el nº 3. Tras la guerra y hasta el año 2000 en ese lugar se ubicaría el conocido restaurante Las Pocholas de las hermanas Guerendiain, algunas de las cuales vemos en su cocina, en la fotografía adjunta. A continuación, en el nº 8, estaba la papelería, que vendía, también objetos de escritorio, de Venancia Ciaurriz. Hoy en día, a Kikos y Zucitola habría que sumar en este largo tramo, donde hemos señalado los negocios indicados y por este orden la yogurtería Baobab, la heladería Nalia, la tienda de ropa infantil Nanas y la chocolatería Valor. Posteriormente donde hoy hay un local vacío, desde tiempos inmemoriales y luego una tienda o almacén de antiguedades no tengo constancia de actividad alguna, en el período analizado lo cual no quiere decir que no la hubiera en algún momento a lo largo de la historia. En el nº 14 donde hoy existe una agencia de viajes The Travel Band y en tiempos creo que estuvo Viajes Iberia, en los inicios del siglo XX había una tienda que vendía vino por decalitros, la de los hermanos Catalá, de corta duración ya que en los años 20, en su lugar encontramos la imprenta y papelería de Generoso Huarte. En los años 50 en el 1º piso había una peluquería, la de Miguel Gabari y Juana Lucia que atendía tanto a señoras como a caballeros, imagino que separados pues no habían llegado todavía a nuestra ciudad las peluquerías unisex; había otra peluquería al final del paseo, en el nº 34, regentada por Julio Martínez. Tras la guerra, en el nº 16, donde hoy está el establecimiento «Zapatos a lo bestia» estaba la droguería al por mayor Centro Farmacéutico Vizcaino, que también eran almacenistas de productos farmacéuticos. Donde hoy está el Bankinter, me dice mi hermano que había una heladería y en efecto, rebuscando en mis archivos descubro que en esta zona desde los años 40-50, al menos, estaba la heladería La Vital.
Tras la heladería y el kiosko de chucherías, situado a la entrada del llamado Rincón de San Nicolás venía la casa parroquial e iglesia de San Nicolás y pasada ésta, la llamada Casa Navasal derribada por desgracia a finales de los 60, -no hay más que ver el hermoso edificio que había y el engendro arquitectónico que lo sustituyó posteriormente, donde hoy esta la óptica de Javier Alforja-. La afamada casa, Sucesores de Navasal vendía tejidos al por mayor y al por menor además de ser una sastrería con venta de género. Junto a Navasal, en los años 30, estaba el estanco de Modesto Toledo y donde hoy se encuentra el restaurante Ñam, en el nº 24, estuvo la confiteria y pastelería Novalty de Pedro Hernaiz y en el nº 26, la tienda de máquinas de coser Singer, -yo la he llegado a conocer en esa ubicación hasta finales del pasado siglo-, si bien no en el nº 26 sino en el nº 28. Por aquí cerca, en el nº 26 estuvo también hace unos años una tienda de Beunza Luz. También en el 26 estaba la fábrica de vino de Agapito Peralta y la tienda de Arizti Yaben. Como Guibert, Arizti Yaben era una fumistería, osea vendía cocinas y estufas, chimeneas, balanzas, basculas, pero era además una ferretería y un almacén de hierros. Estuvo radicada en este lugar al menos, desde comienzos del siglo, sino antes, y hasta los años 30. En esos años aparece también en este lugar, en el nº 26 la mercería, paquetería y quincallería de Pio Espluga, luego Sucesores de Pio Espluga, que hemos conocido anteriormente, a principios de siglo, en la calle Zapatería. Más tarde el negocio se trasladaría cerca, al nº 30. En este nº y lugar, tenía su sede y estación desde 1911, la sociedad El Irati, tal y como vemos en la foto adjunta a este párrafo. De las principales sociedades industriales navarras de la primera mitad del siglo hablaré en otra ocasión. En estos locales donde hoy está la tienda Partyland o un nuevo edificio recién terminado hace escasas fechas estaba, no hace mucho, la cafetería Spada y anteriormente estuvo Radio Frías que, antes de recalar en el bulevard, estuvo en el nº 33 de la calle San Nicolás, además de, en el primer piso, la copistería Politécnica. ¡Cuantas copias habremos hecho tanto en esta copistería como en el de Copia de la plaza del castillo, eso sí, hace ya un porrón de años!
Ya casi en el ultimo tramo de este lado del Paseo, el comercial, el otro nunca lo fue teníamos, a primeros de siglo, la colandería de Angeles y Mercedes Tuero, en el nº 32. En ese mismo lugar, en los años 30, se instalaría la farmacia de Joaquín Arteaga, la delegación de la Unión y El Fénix Español y tras la guerra, a estos locales, donde ahora están Inmobiliaria San Fermín y una tienda de ropa de bebe se habían trasladado Arizti Yaben, con el nombre de Vda de Arizti Yaben e hijos, la droguería y perfumería de Ciriaco Ibañez y Javier Mena, el fotógrafo. A continuación, desde los años 40 y hasta finales del siglo, estuvo la famosa Heladería Italiana, sus propietarios eran italianos de verdad, su dueño se llamaba Eugenio Bez Dal Molin. Más adelante, en 1905, y en el nº 34 estaba la carnicería de Diego Mina, fundada por éste en 1864, luego Vda de Mina que fabricaba embutidos (chorizo, jamón, tocino, etc), la fabrica se trasladaría luego a Huarte; Aquí, en los años 40, se instalaría Victoriano Arburua aunque con un negocio de venta de periódicos y revistas, si bien en los años 70 creo haber visto una fotografía en la que aparecía como Papelería Blasco y vendía también productos de filatelia. A continuación, en los años 20, se instaló, donde luego estaría Confecciones Chile, Joaquín Martínez, como sastrería con surtido de géneros que se mantuvo en el lugar al menos hasta los años 50 y junto a él, el almacén de muebles de Arrieta y compañía.
Buenos días
Tendria fotos de la óptica Joaquín Alforja de estos años?
Muchas gracias
Sofía Alforja
En los años 50, Joaquin Alforja por entonces joyería estaba ubicada en el nº 28 de la calle Zapatería. El pasado año organicé desde la Asociación de Comerciantes una Exposición Fotográfica donde aparecía una imagen del local junto al establecimiento textil Mestre