Estampas de antaño: La sinfonola

Otra de aquellas  imagenes de antaño que vienen a mi memoria son al igual que las de las máquinas de flippers la sinfonola, también conocida como  rockola, (o jukebox en inglés). La sinfonola era una máquina automatizada que funcionaba con monedas y permitía seleccionar varias canciones para posteriormente reproducirlas. Había muchos modelos pero el más conocido en aquellos años 60 y 70 era la sinfonola 2000 de Gedasa, aunque también Petaco, a la que me he referido al hablar de los pinballs, fabricará este tipo de máquinas. No había bar que se preciase que no contase con una, como tampoco solía faltar en un rincón la menionada maquinita de flippers.  Solían tener casi un metro y medio de altura y contaban con una parte superior redondeada e  iluminada y una botonera que permitía seleccionar en una combinación de letras y números una canción específica de entre una lista de discos que se podía encontrar en la consola, en la parte  baja de aquel artilugio. La reproducción de los discos, de 45 rpm, también los había de 33 rpm, se daba en el orden en que la máquina las había programado, de forma que había  muchas veces que escuchar otras canciones que habían sido seleccionada antes que la tuya. La máquina  estaba decorada con motivos a veces muy psicodelicos, muy del estilo diisco de aquellos años. Las máquinas de discos fueron muy populares en todo el mundo desde los años 40 hasta los años 70.

Como en el caso de las maquinitas recreativas las llamadas jukebox comenzarían a popularizarse en los Estados Unidos allá por los años 30. Las primeras sinfonolas eran simples cajas de madera con una ranura y algunos botones. Con los años se comenzaron a decorar y a utilizar luces de colores y molduras doradas y cromadas.  El boom de las máquinas de discos vendría, sin embargo tras la segunda guerra mundial. Modelos históricos que marcaron una época fueron la Wurlitzer 850 o la 1015 Bubbler de la misma marca y que se convirtieron en un icono de la cultura popular norteamericana por su estilo neo gótico y su cuidada manufactura. Con los años estas máquinas se simplificaron hacia modelos como el que conocí en mi infancia y primera adolescencia. Mucho ha llovido desde entonces. Hoy en los bares ya no hay ni sinfonolas ni máquinas recreativas, a lo sumo una tragaperras y la máquina del tabaco. En aquellos tiempos escuchabamos música en los bares, no todo el mundo tenía un tocadiscos. Con el casette, en los primeros años 70 la audicion de la música se individualiza y llegará a mucha más gente. Posteriormente el disco compacto (y sus instrumentos de audición: el discman) barrerá los anteriores formatos, el disco de vinilo se quedaba para melomanos selectos  y coleccionistas. Luego llegaría el Mp3, los soportes digitales, el ipod, hasta el momento actual con  la música practicamente inabarcable y  en linea de los grandes portales y servicios online.

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