Estampas de antaño: las carbonerías y las viejas serrerías

Hubo un tiempo en que en las casas había lo que se llamaba la cocina económica. Aquellas cocinas funcionaban con carbón y leña. La estufas de las primeras escuelas a las que acudí, las del Ave María, tenían, en un extremo de las aulas, una estufa cilíndrica que se alimentaba con carbón y leña. Incluso  algunas de las calderas de las primeras calefacciones de los pisos funcionaban con carbón y leña. Así pues no era extraño, que durante los primeros 60 o 70 años del siglo XX, en Pamplona, hubiese un número importante de carbonerías y serrerías en, practicamente casi todos los barrios de la ciudad. A las serrerías llegaban los troncos, sin cortar, en camiones. En la serrería o aserradero se serraban longitudinalmente primero y, luego, en pequeños trozos para su consumo doméstico, para que sirvieran de combustible a cocinas, estufas y calefacciones. Recuerdo, vagamente, a mi padre trayendo, en una carretilla, unos sacos de leña de la Serrería Villegas, que estaba junto al camino de los Enamorados,  para guardarla en un habitáculo que había construido sobre la terraza, como provisión para el invierno. De aquella época recuerdo la serrería Isturiz en la zona de Buztintxuri-Unzutxiki, la de Gil Hermanos, junto a la Avenida Villava, la  ya citada de Villegas, y alguna otra más recóndita, como la que había en el camino viejo de Artica, en la trasera de la residencia de las Hermanitas de los Pobres. No he encontrado fotos de serrerías de aquellos años en Pamplona (espero poder encontrar pronto alguna), por lo que he colocado en su lugar, para ilustrar la entrada, una foto de una serrería de una capital española, en los años 50-60. Casualmente, hace unos días, vi una serrería en el lado derecho de la carretera Artica, en el tramo que hay desde la rotonda con la calle Hermanos Noain a la subida al pueblo, pero esa, desde luego, es bastante reciente.

Junto a las serrerías no puedo dejar de citar las viejas carbonerías, de las que, igualmente, muchos recordarán alguna en su barrio o en otro barrio de la ciudad (yo recuerdo, sin ir más lejos, algunas en el Casco Antiguo, una en la calle San Francisco donde ahora está Texartu). En mi barrio, la carbonería más cercana la teníamos en la Avenida de Marcelo Celayeta, retranqueada respecto al edificio más cercano, que era la casa donde estaba la tienda de las Hermanas Amezqueta. Era una pequeña nave, bastante oscura, en la que no recuerdo haber entrado jamás. De lo que si tengo un lejano recuerdo es de la apariencia del carbonero, tiznada la cara y sus brazos de negro, que descargaba con esfuerzo, (entonces no había ascensor en la casa), el saco de carbón sobre otro de plástico que teníamos preparado en la cocina y que guardaría luego mi padre junto a la leña. Aquella carbonería tenia un depósito al aire libre de carbón que vislumbraba, a veces, tras el chalet del estanco de mi calle. Algo más lejos, entre el viejo camino del Plazaola y las primeras instalaciones de la Unión Deportiva Rochapea estaban los depósitos de carbón de la Compañía General de Carbones, título que aparecía señalizado con grandes letras a lo largo de las tapias exteriores del recinto y, con cuyo nombre, mi padre, bromeando, gustaba de hacer los típicos juegos de palabras. Las serrerías y carbonerías forman parte ya de nuestros viejos recuerdos,  oficios u ocupaciones muy disminuidos hoy en día, o en vías de desaparición, y es que primero, el gas butano sustituiría  a la cocina económica y el gasoleo se convertiría en el principal combustible de las nuevas calefacciones, hasta la introducción masiva del gas natural hace ya unas cuantas décadas.

Fotos: Nº 1. Foto de una serrería en Patraix (Valencia). (1954). Foto cedida por Pilar Martínez Olmos.

6 opiniones en “Estampas de antaño: las carbonerías y las viejas serrerías”

  1. Mikel Urrrutia dice: respondió el 12 de diciembre de 2019

    Mi madre continuó con la cocina de carbón hasta bien entrados los años 90. También mantuvo la calefacción de carbón hasta los años 90. Vivíamos en la calle Gorriti, entre la calle Amaya y Carlos III y justo en frente había una carbonearía que se mantuvo abierta hasta los primeros noventa también. Entre mis recuerdos de aquella idiosincrasia están las llamadas a un bombero del parque de Pamplona que era el que realizaba las labores de deshollinador, a título personal, así como la llamada en los ochenta, pero esta vez al cuerpo de bomberos, porque se había incendiado el hollín, precisamente porque el bombero deshollinador ya se había jubilado. Esa y la falta de carbón fueron los motivos por los cuales mi madre canceló el «servicio». Tengo que decir que los corderos, gorrines y besugos asados en aquella cocina eran insuperables. También recuerdo el carbón RA que era para el brasero y que todas las mañanas de invierno mi madre encendía con brasas que sacaba de la cocina ya encendida. decían que ese carbón, muy fino, estaba hecho de huesos de aceituna. por último, recuerdo con una sonrisa las discusiones que tenía mi madre con el carbonero a cuenta de que traían el carbón mojado y, por lo tanto, pesando más. el carbonero se reía y me miraba a mí, con 10 años, diciéndome «pero qué exagerada es tu madre»….a los años pasé por enfrente de la carbonearía, como habría hecho miles de veces, y vi al carbonero al fondo de aquella bajera oscura y sucia iluminada por una miserable bombilla….estaba regando el carbón con una manguera. Mi madre sabía lo que se decía.

  2. Imanol Medina Zabalza dice: respondió el 10 de octubre de 2019

    yo que soy nacido en el 51, recuerdo de dos carbonerías, una en la calle del Carmen y la otra en la calle Estafeta, la del Carmen donde yo vivía, tenia un carro con un burrico para hacer el reparto y como estaba en la calle alguna diablura le hacíamos.

  3. Teresa Istúriz Barón dice: respondió el 6 de junio de 2018

    Tengo una fotografía de la serreria de Istúriz, estaré encantada de dejársela si desea. Un saludo y gracias

    • Carlos A. T. dice: respondió el 6 de junio de 2018

      Me encantaría. La compartiríamos así con los miles de lectores que siguen este blog

  4. Pilar Martinez Olmos dice: respondió el 3 de marzo de 2018

    Buenas noches. Soy la propietaria de la foto n.1 del apartado las carbonerias y las viejas serrerias, es de un lote de 5 instantaneas que como propietario de la misma hizo mi padre. Es un placer que les haya gustado mi foto y la hayan incluido en su blog, solo una salvedad; si bien es efectivamente una serreria, su localizacion es en Patraix, un barrio hoy en dia anexionado a Valencia Capital. La alqueria que se ve delante de las maderas, aun existe, la foto es de 1954.
    Pilar Martinez Olmos

    • Carlos A. T. dice: respondió el 3 de marzo de 2018

      Hola, Pilar, te agradezco la información facilitada que incorporo, por supuesto, a la entrada. Desgraciadamente no encontré , en su momento, una foto de una serrería de Pamplona, por lo que esta me pareció plenamente representativa de este tipo de establecimientos tan frecuentes, por otro lado, décadas atrás en nuestras ciudades. Un cordial saludo.

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