Imagenes del Ayer. Estampas sanfermineras. Imagenes del encierro: 1914-1950

Tal y como prometí en la anterior publicación, en las siguientes entradas traigo una serie de fotos y postales del encierro, alguna de ellas poco conocida,  que con la ayuda de mi buen amigo Javier Manero, experto conocedor del encierro y los sanfermines he podido datar. Además de su valor como  reflejo de los sanfermines de antaño, esta selección de fotografías  me servirá además para hacer comentarios sobre algunos cambios en las calles, en los comercios, en las indumentarias de los corredores, en definitiva para captar el cambio de nuestra ciudad en las últimas décadas que es el constante y principal objetivo de este blog. En las siguientes fotos veremos instantáneas de los diferentes tramos de la carrera, desde los corrales de Santo Domingo a la plaza de Toros. Como aspectos interesantes a destacar cabe señalar que desde finales del siglo XIX se tira un cohete para indicar que los toros ya están en la calle, que, según afirman Javier Manero y Fermín Erbiti, en su libro «Encierros en blanco y negro», el 10 de julio de 1958, un mozo de la Peña «Los del Bronce» cantó, por primera vez, el «A San Fermín Pedimos» y que años más tarde, como señalo en la entrada dedicada a la calle Santo Domingo,  concretamente desde 1962 se canta esa estrofa ante una imagen del santo, en un ventanal del Hospital Militar, imagen que casi veinte años más tarde, en 1981,  tendría su acomodo en una hornacina construida en el muro situado frente al Hospital Militar.La postal más antigua que les presento y que encabeza la entrada es del último tramo de la Estafeta, concretamente del 8 de julio de 1914, en vísperas de la primera guerra mundial. Incluso lleva, como se puede ver,  un franqueo de 10 céntimos, con un sello del rey Alfonso XIII. Se ve al fondo a la izquierda la casa de la Estafeta que sobresale, donde luego, en los años 50, se abriría el Bar Fitero. Los toros giran, en esta época, en vez de hacia la derecha, hacia la izquierda, para enfilar por la entonces calle de Espoz y Mina, que desde 1936 se llamaría Duque de Ahumada. Llama la atención los escasos corredores, la manada bien compacta y agrupada y el hombre, situado a la derecha de la foto, que mira  con cierta prevención a los toros, junto a un portal. También bastante antigua, de finales de la década de los 10 (1918 o 1919), es la foto del tramo final hacia la plaza de toros antigua que se derribó en 1922, con las casas de Espoz y Mina, a la derecha y que es la segunda foto que encabeza la entrada. De 1920 o 1921 es la primera foto de la calle Mercaderes que les presento junto a este párrafo, todavía no se había instalado el Banesto que ha permanecido en el lugar hasta hace pocos meses. En su lugar parece que había una Imprenta-Librería-Papelería con el nombre de José Aramburu (imagino que se trataría de la Editorial Aramburu), vendía material escolar y en el rótulo aparecía también el nombre de A.Gorricho. Bajo esta fotografía, en el siguiente párrafo, descubrimos otra foto bastante conocida de un encierro en el que corrían los toros de Miura, era el 10 de julio de 1922. A la derecha de la foto, en un primer piso, reza el rótulo Agencia de negocios «Euskaria».

Posteriormente, para 1925, fecha de la postal que vemos a la derecha del párrafo anterior,  ya estaba la oficina del Banesto en el lugar de la imprenta-librería Aramburu. Los escasos corredores que aparecen en estas fotografías llevaban una indumentaria un tanto heterogénea: txapelas, alguna blusa de carnicero,  traje y  corbata, nada que ver con lo que ocurriría muchas décadas más tarde, con los corredores mayoritariamente vestidos de pamplonica. Las siguientes fotos que completan estos primeros años 20 corresponden, en primer lugar, al tramo medio de la Cuesta de Santo Domingo, cerca de la plaza de Santiago, con mucha gente viendo el encierro desde los balcones y también, al fondo, en la subida al Museo y escasos corredores en la calle y a una enorme distancia de la manada; la zona cercana a la plaza de toros entre los años 1922 y 1925, -nótese el hueco dejado por la antigua plaza de toros en cuyo solar se construiría, luego,  el futuro Teatro Gayarre-, los corredores que vemos en esta foto tienen una  apariencia bastante rural y parecen bastante «talluditos»; la curva de la Estafeta, tomada desde la propia calle, con la  farmacia  de estilo modernista de los hermanos Ondarra, luego Blasco, al fondo, y el corredor trajeado que no  sabe donde meterse ante la cercanía de los toros y por último los corrales de Santo Domingo, con el cuerpo de guardia al lado, que se salvó del derribo, tras la demolición del Portal de la Rochapea y que es el único que se conserva todavía, al fondo se observan algunas viejos caserones junto a la calle Errotazar, en la Rochapea.


Las siguientes fotografías son todas de los años 30. En primer lugar, a derecha e izquierda de este párrafo, podemos ver sendas fotografías de Galle de la plaza consistorial, con todos los edificios que cerraban la plaza por el lado de la calle Nueva intactos, como se puede comprobar en la foto de la izquierda, y en la que un grupo de corredores, algunos perfectamente trajeados (una indumentaria nada aconsejable para correr el encierro) enfilan, hacia la calle Mercaderes; En la segunda foto (la de la derecha) de 1930-36, aparece un corredor caído en el suelo, tras el paso de un morlaco mientras otro aparece desde la cuesta de Santo Domingo.

A la derecha del párrafo tenemos una foto de Ruperez de antes de la guerra del último tramo de Estafeta, donde descubrimos un cafetín que anunciaba desayunos en lo que luego sería el Bar Fitero. Seguimos viendo escasos corredores, vestidos mayoritariamente de calle. Unos días antes de estallar la guerra civil, el día 12 de julio, se corrían en Pamplona toros de Antonio Pérez de San Fernando. A este encierro corresponde la hermosa fotografía de los toros  apareciendo desde la cuesta Santo Domingo a la plaza Consistorial, con dos toros resbalando y cayéndose y uno de ellos haciendo amago de empitonar a un mozo, mientras otros intentan subir,  como pueden,  por las fachadas de los edificios de ese lado de la plaza, para huir de los astados. Esta foto de Ruperez  dió la vuelta al mundo al aparecer en la revista americana «Life». Los toros entraban hasta 1931  en la plaza consistorial y se perdían un tanto ante la amplitud del lugar, tras la estrechez del último tramo, de ahí que a partir de ese año  se empieza a colocar otro vallado transversal para cortar la plaza y encaminar a toros y corredores hacia la calle Mercaderes.


El 8 de julio de 1939 corrían toros de Sánchez Cobaleda, cuando al final del callejón un toro de nombre «Liebrero» fue citado por un espectador, a la altura del callejón, de forma que el toro arremetió contra el vallado, rompiéndolo y salió fuera del recorrido, tras lo cual persiguió y empitonó al público, entre el que se encontraba una señora con sus tres hijos, Doña Clara Herrera que fue corneada, pasando más de un mes en el hospital. Las fotos que adjunto reflejan el momento en que la res supera el vallado y la segunda bastante conocida, por otra parte, refleja el terror, el pánico que debieron pasar aquellos conciudadanos y conciudadanas nuestras que huían despavoridos cerca de las taquillas de la plaza, ante la embestida del animal. El toro acabó, finalmente, abatido por disparos de la guardia civil. A partir de ese año se decidió colocar un doble vallado a lo largo del Recorrido.

Acompaña a este párrafo, en la foto de la derecha una toma de un encierro de la década de los 30 a su paso por la calle Mercaderes. En ese lado de la calle vemos un establecimiento que por otras fotos que veremos en próximas entregas durará  décadas: «Almacenes Azcarate» y junto a él una confitería, sin ningún otro dato que permita identificarla. En la siguiente foto, de la década de los 40, vemos una calle Mercaderes, mucho más llena de corredores que en décadas anteriores. Contrastan especialmente estas imagenes de los años 40 con la escasez de corredores de los años 20. Comienzan, además, a verse cada vez más corredores vestidos de blanco y rojo tal y como lo hicieran, por primera vez, los integrantes de la Peña La Veleta, a comienzos de la década de los 30, aunque por lo que se puede ver también continúan corriendo corredores con americana. La calle bulle, por otra parte, de renovada actividad comercial, como se puede comprobar al comparar las instantáneas de esta calle en diferentes épocas.

El 7 de julio de 1945 se producía un montón en la plaza de toros que refleja la foto adjunta de la derecha, no fue ni el primero, ni el último montón, el último importante fue tan solo hace dos años, afortunadamente sin consecuencias mortales. De finales de los 40 es la foto de toros y mozos por la plaza del Ayuntamiento con la fachada de la casa consistorial engalanada con unos reposteros de gala. Para esta época ya se habían derribado, como se puede ver, los dos edificios que estrechaban la salida de la plaza hacia la calle Nueva, uno se tiró en 1941 y el otro en 1946. Tan sólo quedaría en pie la Casa Seminario que se derribaría 30 años más tarde. Por último la foto que cierra esta entrada esta datada entre los años 1945 y 1949 y nos ofrece una bonita panorámica de los toros subiendo el último y estrecho tramo de la Cuesta de Santo Domingo, entre la fachada del viejo edificio del Ayuntamiento y la citada Casa Seminario. La Casa Consistorial se renovaría por completo, salvo su fachada principal, en 1952-53.

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