Comercios del Viejo Pamplona: Vinoteca Murillo (1879-2023)

ACTUALIZADA. Ayer, día 29 de abril,  falleció José Ignacio Murillo, que regentaba  este histórico establecimiento más que centenario, sobre el que ya escribí en octubre de 2021. Hacía un mes y medio que el establecimiento había cerrado de repente. Inicialmente pusieron un cartel de «Cerrado por vacaciones». Luego supimos que José Ignacio estaba ingresado en el hospital  y a través de las redes sociales y después la prensa  se anunciaba el cierre del negocio por su  definitiva jubilación. Tenía 80 años, hacía 15  que había superado la edad en la que otros se retiraban pero él seguía al pie del cañón. Su vida era su tienda. Hasta  el año pasado, le acompañó su hermano José Antonio que falleció en el mes de octubre. Después de varias semanas con la tienda cerrada, la semana del 17 al 21 de abril los hijos de José Ignacio  abrieron  el establecimiento unos días para ayudar a la dependienta a liquidar el género. Con su muerte y el cierre de su tienda, después de 144 años de historia, se nos va uno de los últimos y grandes  comercios emblemáticos de Pamplona. Aunque en su pagina web decían que el origen del negocio se remontaba a 1890, mis investigaciones históricas me permitieron descubrir que el origen era bastante anterior. En 1863 ya aparecía Fermin Sanciñena como propietario de una tienda de vino, aguardiente y aceite al por menor en el nº 1 de la calle San Gregorio. Algunos años más tarde, concretamente en 1879 aparecía un tal Mateo Muniain Reta como dueño de una tienda de vinos en esa misma dirección. Se puede comprobar en la Guía Comercial de Bailly-Baillire de ese año. La primera noticia que tenemos, no obstante de su fundador es de 1883 en que un tal  Miguel Muniain Reta declara una finca urbana en el nº 1 de la calle San Gregorio.  ¿Sería Miguel  hermano de Mateo o simplemente hubo una confusión de nombres por parte del mencionado anuario que será lo más probable?. Nadie me ha podido aclarar este extremo. En 1886 aparecía el negocio de Miguel, en las hojas catastrales municipales,   como «comercio de vinos al por mayor», en su almacén, y «al por menor», en su taberna. En 1891, siendo arquitecto municipal Florencio Ansoleaga,  Miguel Muniain pedía autorización al Ayuntamiento para derribar el inmueble y construir, en el solar, el edificio que ha llegado hasta nuestros días.  El proyecto arquitectónico del edificio  lo hizo el arquitecto  Julián Arteaga.

Parece ser que al filo del nuevo siglo, en torno a 1902,   Miguel Muniain fue arrendatario,  durante algún tiempo,  del Juego Nuevo de Pelota, situado en el nº 12 de la avenida de San Ignacio,   que pertenecía  a la Casa de Misericordia. El lugar contaba con dos frontones, además de otras dependencias anexas. En este lugar vendía Miguel, además, al por menor,  vino y aguardiente. Y por supuesto seguía vendiendo, al por menor,  vino y aguardiente y al por mayor, por decalitros,  en su casa (planta baja) de San Miguel, 16-18. En 1904 tuvo un pequeño contencioso con el Ayuntamiento porque  éste quería imponerle una doble imposición fiscal. Muniain aceptaba pagar por el despacho de vinos al por mayor y, también, por el de vinos al por menor, (en la taberna), pero no por dos despachos de estos últimos, por dos tabernas, como decía  el Ayuntamiento que tenía, dada la disposición física del local, ya que como ahora tenía dos entradas a dos calles diferentes. El Ayuntamiento, finalmente,  aceptó las justificadas razones del comerciante.

En 1905 Miguel solicitó al Ayuntamiento  le diese de alta como figón, el despacho que tenía en la planta baja. En los años siguientes la tienda mantuvo estas dos líneas de negocio:  la venta de vinos y aguardientes al por menor  y la de vinos y licores al por mayor. A finales de 1914 cogía las riendas del negocio Aniceto Muniain Olagüe,  que adquirió, en 1920, un despacho de vinos en el nº 25 de la calle San Nicolás a Francisco Navarlaz, que mantuvo  durante algunos años. En los años 30, con Aniceto Muniain al frente del negocio, la tienda  aparecía,   también, como almacén de vinos y  depósito de champan,  vendiendo además licores y ampliando el local hasta  el nº 20 de la  calle San Miguel. Al comenzar los años 40 falleció  Aniceto  Muniain y se hizo cargo del negocio José Antonio Murillo Anoz, sobrino de su mujer, Damiana Anoz, hermana de Matías Anoz, el propietario de Casa Marceliano. Al morir Damiana sus propiedades se legaron  a la parroquia  de San Nicolás, por lo que  tanto los vecinos como el titular del negocio, José Antonio Murillo,  tuvieron que negociar con la iglesia para recuperar la propiedad de las mismas. Como curiosidad cabe señalar que los Muniain tenían un chalet en el solar donde se construyó luego el nuevo edificio de Caja de Ahorros de Navarra,  en la avenida de Carlos III.

José Ignacio Murillo Sanz, tercera generación del negocio entró a trabajar en el establecimiento a finales de los años 50, haciéndose cargo de la titularidad,  junto a su hermano José Antonio,  en el año 1992. Fue entonces,  por estas fechas,  cuando decidieron cambiar el viejo nombre de la tienda que aun hacia referencia a los Muniain, por el de la familia Murillo. El establecimiento ha conservado hasta su cierre ese aire tradicional de los comercios de antes, «con una fachada de tabla, con unos bonitos rótulos dorados sobre cristal oscuro. En el interior del local comercial había una interesante escalera de caracol de fundición. En la fachada a San Gregorio, próxima al chaflán se ubica una hornacina con la imagen de un obispo».

Vinoteca Murillo vendía una gran variedad de productos,  vinos de todo tipo:  con Denominación de Origen, de Pago, Vinos de Calidad, Vinos de la Tierra, Vinos Espumosos y Vinos de Mesa, champagnes, cavas, espumosos,  licores de las marcas de mayor  prestigio tanto nacionales como internacionales  y productos gourmets (pimientos del piquillo, esparragos, patés, pochas, habas, guindillas, bonito del norte, aceites, aceite ecológico de Navarra, vinagres selectos, pastillas de café y leche 7 de julio, etc). Con el fin de conservar y mantener los vinos en las condiciones apropiadas, disponían de una bodega subterránea para su almacenamiento. Además se podía encontrar en esta tienda aquellos accesorios que necesitaba el amante del buen vino, bien para completar su bodega o para regalar: gran surtido de aireadores, decantadores, distintos sacacorchos, bombas de vacío, recogegotas, botas de Las Tres Z.Z.Z.  Así mismo, ofrecía productos más artesanales de elaboración casera o natural como el patxaran o el txakolí. Daban información y asesoramiento sobre los distintos tipos de vinos, su denominaciones y nacionalidades, ofreciéndole al cliente aquel que más se ajustase a su gusto y presupuesto. Recogían todo tipo de encargos, ofrecían servicio a domicilio y se les podía encargar cestas de regalo y lotes de Navidad.

Fotos, por orden de aparición: Nº 1. Postal de A. de león (1910-1920), Nº 2. AMP, Galle. 1979, Nº 3, 4 y 5: Fotos del interior y exterior de Vinoteca Murillo (de su página web). Nº 6. Archivo Asociación Casco Antiguo de Pamplona

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